Tres chuchos negros se ven envueltos en un episodio de copulación inédito en La Puntilla en pleno mes de julio
El pasado 10 de julio, tuvo lugar un episodio inédito en La Puntilla, en la costa de la capital grancanaria. Un grupo de chuchos negros escogió esta ubicación para lo que desde la visión humana parecía un juego, pero que era mucho más. Dos machos y una hembra daban vueltas e intercambiaban aleteos para alcanzar, ni más ni menos que la cópula. Y es que, sí, los chuchos se encontraban copulando cuando un bañista los sorprendió a punta de smartphone.
Los también popularmente llamados «perros de mar» son una especie muy común en las costas españolas y concretamente en las canarias. Según expertos, como Pascual Calabuig, veterinario responsable del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, son animales que suelen encontrarse en zonas arenosas, y que se sitúan en las orillas, especialmente por la noche, para comer.
Es tal su ansia por llegar a la orilla que en varias ocasiones, relata Calabuig, han tenido que sacarse varios ejemplares de las piscinas naturales de La Laja porque se quedan atrapados cuando baja la marea.
Además, explica, esta zona de Las Canteras es un hábitat muy codiciado por estos animales, puesto que está protegido naturalmente por la Barra y en el que, además, está prohibida la pesca. Así, lo inédito de estos hechos no es tanto que se hayan producido como que se hayan logrado grabar en vídeo.
Especies en riesgo de extinción
La RAE define la raya como un «pez selacio del suborden de los ráyidos, muy abundantes en los mares españoles, cuyo cuerpo tiene la forma de un disco romboidal y puede alcanzar un metro de longitud, con aletas dorsales pequeñas y situadas en la cola, que es larga y delgada y tiene una fila longitudinal de espinas, y aleta caudal rudimentaria».
Se trata de una especie, junto a los tiburones, cuya presencia en el mar ha disminuido un 71% desde la década de 1970 según datos de WWF. De hecho, el 36% de las especies de tiburones y rayas se encuentran en riesgo de extinción y cada año mueren unos 100 millones de ejemplares como consecuencia de la sobrepesca y las capturas accidentales.
No obstante, alarma ambiental aparte, los chuchos negros que se mostraron este verano rebosantes de amor en La Puntilla, verán pronto a su descendencia. Y nosotros también, puesto que lo más probable es que en unos cuatro meses, tiempo que suele durar la gestación, regresen a la orilla para depositar sus huevos.