Al atrevimiento inicial de los visitantes respondieron enseguida los amarillos haciéndose con el dominio del encuentro, guiados una vez más por un Jonathan Viera en estado de gracia
La UD Las Palmas venció por 1-0 al CD Mirandés y mete presión a los equipos que le preceden en la tabla en su intento por entrar en la promoción de ascenso, en un partido que se decidió con un gol de Jonathan Viera en la primera parte, periodo en el que Camello falló un penalti para los rojillos.
Al atrevimiento inicial de los visitantes respondieron enseguida los amarillos haciéndose con el dominio del encuentro, guiados una vez más por un Jonathan Viera en estado de gracia.
En pocos minutos Las Palmas ya se había encontrado dos veces con el larguero, primero en un saque de esquina de Álvaro Lemos y después en una falta directa del propio Viera.
Con el choque bajo control, Jesé tuvo una clara ocasión en el minuto 17 que envió fuera, y poco después, tras un saque de banda, Viera avanzó hasta enganchar un fuerte disparo, no muy colocado pero con potencia, que sorprendió a Lizoain para alojarse en la red.
Los de García Pimienta tenían a su adversario domesticado, pero en un contraataque, en el minuto 33, el Mirandés se plantó en el área isleña y Raúl Navas derribó a Riquelme. El claro penalti lo ejecutó Camello pero Valles le adivinó la dirección del disparo.
Las Palmas perdió por lesión a Sergi Cardona y el lateral catalán, antes de marcharse, provocó una tarjeta con la que cumplirá sanción mientras se recupera de lo que parece un percance muscular.
El Mirandés solo volvió a inquietar antes del descanso con un pase de Camello hacia Brugué, quien llegó muy forzado y apenas pudo puntear la pelota, que rechazó Valles.
En el segundo tiempo el encuentro pareció romperse por momentos, con un Mirandés que arriesgó en busca del empate y amenazó con transiciones, demostrando estar siempre muy vivo, pero sin remate.
Las Palmas trató de dormir el partido, con Viera menos participativo, tomó algo de oxígeno con los cambios y pudo marcar el segundo en un mano a mano de Maikel Mesa que rechazó Lizoain. No lo hizo, por lo que tuvo que sufrir para mantener su mínima ventaja hasta el final ante el empuje de un rival que no encontró premio.