Las lluvias de la borrasca Emilia garantizan el riego para 2026 en Gran Canaria

El paso de la borrasca Emilia deja un acumulado de agua de lluvia más que beneficioso para Gran Canaria, que contará con riego garantizado para 2026 en casi toda la isla

Las lluvias caídas durante el fin de semana durante el paso de la borrasca Emilia dejaron en Gran Canaria más de dos millones y medio de metros cúbicos de agua que garantizarán el riego para todo 2026 en la mayor parte de la isla, y en su totalidad, «sin duda, para el verano».

Cascadas en Gran Canaria tras el paso de la borrasca Emilia
Cascadas en Gran Canaria tras el paso de la borrasca Emilia

La Aldea, la más beneficiada

La presa de La Aldea, que en la última comprobación sumaba 1,1 millones de metros cúbicos, ha sido la más beneficiada por esas precipitaciones,. Aún se espera que se prolonguen dos o tres días más, lo que hará crecer el volumen acumulado en los momentos más lluviosos. Se trata de una borrasca «de alto impacto» en la isla, según ha anunciado este lunes el presidente de su Cabildo, Antonio Morales.

En una comparecencia organizada para informar de las consecuencias del paso de Emilia, Morales ha querido destacar que, pese al importante número de incidentes, «afortunadamente», no ha habido que lamentar daños personales de consideración en ningún lugar de la isla.

Ni siquiera en diferentes costas donde «los daños han sido importantes» en materia de infraestructuras públicas y de propiedades particulares, precisó Morales.

Sin daños graves por la prevención

El presidente subrayó que, para que no fuera mayor el saldo de destrozos y, en especial, de afectación a personas, fueron determinantes la declaración de alerta y la adopción de medidas preventivas coordinadas entre las distintas administraciones. Se movilizaron a más de un millar de efectivos dispuestos las 24 horas para atender las incidencias registradas.

En conjunto, fueron más de 1.000, contabilizándose unos 300 casos de desprendimientos de elementos o derrumbes que afectaron a las calzadas y otros 125 de fallos en el suministro eléctrico o inundaciones. también hubo 10 accidentes de tráfico y 30 situaciones en las que hubo que achicar agua en zonas anegadas, ha referido.

Carreteras

La borrasca obligó a cerrar durante el fin de semana trece carreteras de Gran Canaria. De esas, cinco todavía permanecían cortadas al tráfico en la mañana del lunes, si bien con expectativas de poder reabrirlas, al menos parcialmente, tras efectuar obras de emergencia planeadas para garantizar la seguridad de la circulación.

Entre las carreteras aún inoperativas, según datos ofrecidos por el consejero del área, Augusto Hidalgo, figuran dos afectadas por el mal tiempo pero que ya estaban cerradas porque se encontraban en obras de antemano. Son la que va de Ayacata a la presa de Las Niñas (GC-605) y la del Carrizal de Tejeda (GC-606).

También tres cortadas porque se estaban retirando piedras o ramas. Son la que une Artenara con Tejeda (GC-210), los accesos a Faneque y Tirma (GC-200) y la subida a El Sao (GC-231). Irán abriéndose al tráfico en la próximas horas.

Además, otra vía cerrada por precaución es la de Aríñez (GC-400), por la caída de un muro que causó desperfectos que se estudiaba solventar con una obra de emergencia.

En lo que respecta a vías de alta capacidad, ha expuesto que se han registrado afecciones en la GC-2, la autovía del norte. También en la Avenida Marítima de Las Palmas, enmarcada en la autopista del sur GC-1, por presencia de vegetación en la calzada. Hubo además problemas en algún paso subterráneo que se esperaba subsanar en breve.

Un «cóctel» peligroso

Antonio Morales ha insistido, con todo, en expresar la convicción de las autoridades de que, de no haberse actuado de forma preventiva ante las previsiones meteorológicas de la borrasca. «Las consecuencias habrían sido otras», más graves, «dada la magnitud» del episodio de mal tiempo.

Emilia provocó en Gran Canaria un «cóctel de viento, lluvia, mala mar y nevadas, además de bajas temperaturas, sobre todo en las cumbres», ha apuntado.

Ha enumerando que hubo vientos «muy fuertes en casi toda la isla», registrando las rachas máximas de 113 kilómetros por hora en el aeropuerto de Gando. Lluvias que dejaron un acumulado de 100 litros por metro cuadrado en muchos puntos y de más de 150 en la estación de Cueva Grande (San Mateo). Y más de 5.000 descargas eléctricas de rayos, concentradas principalmente el sábado.

A todo ello hay que añadir el fuerte oleaje, que provocó daños materiales considerables en distintas latitudes. También 20 centímetros de nieve que se han llegado a medir en la zona cumbrera, cuando «hacía diez años que no nevaba en la isla».

Noticias Relacionadas

Otras Noticias