Que la calima aumente su presencia en Canarias se debe a tres factores. El viento, un desplazamiento del anticiclón de las Azores y la sequía en el norte de África
Para poder explicar la proliferación de episodios de calima en Canarias durante los recientes periodos de invierno, hay que tener en cuenta tres factores. El desplazamiento del anticiclón de las Azores hacia el este, una dinámica atmosférica con vientos más intensos y la sequía que está asolando el norte de África.
David Suárez, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias, lo ha expuesto en una entrevista con EFE. Suárez ha apuntado que desde 2020 se nota un incremento en la actividad del polvo en suspensión, la famosa calima, hacia el archipiélago.
No obstante, según el análisis de las series desde la década de los ochenta, se aprecia una línea descendente en la cantidad de calima que afecta a Canarias. Aunque puede producirse «una gran variabilidad» que hace que en momentos puntuales se vean picos de intensidad.
Los investigadores de este pico de calima desde 2020 afirman que está marcado «por la situación meteorológica que hay detrás, por las condiciones ambientales en las regiones fuente». En este caso el norte de África, que es el principal foco emisor de polvo en suspensión de todo el planeta. Por otro lado, algunos de los investigadores llevan el inicio de este pico hasta el año 2011.
¿Qué produce estos picos?
Los picos sucedidos en las últimas décadas han coincidido con periodos de sequías prolongadas en el norte de África. La reducción en la humedad del suelo hacen que el polvo se suelte. Ello se une a la existencia de condiciones de vientos intensos.
«Es decir, necesitamos, primero, que el polvo esté disponible y, por otro lado, que la dinámica atmosférica sea capaz de levantar ese polvo y trasladarlo hacia otras regiones, y eso es lo que hemos visto, por ejemplo, en estos últimos inviernos», detalla Suárez.
A esto se suma un tercer factor. El anticiclón de las Azores, aquel que envía a las islas los vientos Alisios y atemperan su clima pese a encontrarse en una región subtropical del planeta. Se encuentra desplazado más hacia el este de lo normal y tiene una actividad inusitadamente más intensa que lo habitual para esta estación del año.
«Normalmente, en invierno el anticiclón suele estar más debilitado y un poquito más al sur, pero en estas situaciones lo hemos tenido muy bien centrado en el suroeste de Europa. Con ese flujo de componente este que hace que arrastre todo el polvo desde la región fuente y la traslade a Canarias. Y ha sido una situación muy persistente, de una alta estabilidad», explica el meteorólogo.
¿A qué se debe el desplazamiento del anticiclón de las Azores?
En los últimos años, indica Suárez, ha predominado en Canarias «el patrón de bloqueo» en el anticiclón, con lo que las borrascas han discurrido hacia el norte de Europa. Lo normal es que el anticiclón de las Azores esté más debilitado que en verano y que esté más al sur.
El fenómeno de La Niña en el Pacífico, que ha predominado en los últimos tres años, puede explicar dicho desplazamiento, en conjunción con el patrón de bloqueo antes citado. Situación que parece persistir pese a que este año ya hay un cambio de la situación del océano más grande del planeta hacia El Niño. Si bien, Suárez asegura que es «complejo» poder determinar las causas que motivan este desplazamiento del anticiclón de las Azores.
Y es que, pese a la lejanía del Pacífico, a priori, con el Atlántico Norte y con Canarias en particular, lo cierto es que el ciclo positivo o negativo de El Niño o La Niña marcan las condiciones meteorológicas mundiales.
«Es cierto que son patrones de teleconexión, porque lo que sucede en una zona concreta del planeta tiene efectos en el sistema climático», afirma el delegado de AEMET en Canarias.
¿Se puede achacar al cambio climático?
Suárez admite que el cambio climático puede tener su incidencia. Debido al aumento de las temperaturas y las escasas precipitaciones, pues contribuye a bajar la humedad del suelo y a la desertificación de las tierras al norte de Marruecos.
No obstante, no se puede ver, al menos de forma directa, una correlación entre el mayor número de eventos de polvo y el cambio climático. Tampoco hay artículos de investigadores que así lo concluyan.
«Seguramente haya mucha gente, grupos de investigación más especializados, que pueden estar haciendo este tipo de análisis, pero yo a día de hoy no conozco», reconoce el meteorólogo.
«Yo señalaría los cambios de uso del suelo que se van produciendo; el descenso de la humedad relativa del suelo en la región fuente, si se prevé que haya un descenso de las precipitaciones o si ha habido un descenso de las precipitaciones, y después también nos queda ver qué patrones sinópticos dominarán cada trimestre o cada estación», enumera.
¿La calima puede afectar a nuevos lugares?
Suárez confirma que ya está afectando a lugares que no estaban acostumbrados a sufrir el polvo en suspensión. Hecho que también se debe al anticiclón de las Azores.
«Vemos cómo esas masas de polvo en invierno están asociadas a ese anticiclón, que al fin y al cabo lo que hace es desplazar el polvo muy hacia el norte» del continente, comenta David Suárez.
Tanto es así que ya se han visto imágenes de regiones de Escandinavia o las Islas Británicas con presencia de polvo africano. Se ha registrado incluso nieve cubierta por una fina capa rojiza que demuestra que la calima podría extenderse a lugares insospechados.