La misión de estos sismómetros es aportar información complementaria a las estaciones sísmicas que están instaladas en tierra
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC, solicitó a la Armada la instalación de dos sismómetros de fondo marino de banda ancha. La función de estos sismómetros es la de obtener información complementaria a los datos de las estaciones sísmicas instaladas en tierra. Una tecnología que ya está en La Palma.
Se instalan en el fondo del mar. Allí permanecen durante un periodo de tiempo que puede durar varios meses.
Una vez transcurrido ese tiempo, estos sismómetros de fondo marino de banda ancha ascienden a la superficie. Allí se recuperará toda la información recabada. Son una tecnología complementaria a los sismómetros terrestres. Serán fondeados por la tripulación del buque hidrográfico Malaspina.
Profundidad y canales del magma
Permitirán un estudio más detallado sobre el fenómeno en su conjunto. Podrá determinarse la profundidad de generación de magma y los canales que ha utilizado para ascender y alimentar el volcán.
Se trata de ciencia a largo plazo. Observación del fenómeno in situ y la obtención de una base de datos que posteriormente permitirá una correlación y un análisis exhaustivo y cruzado sobre este proceso eruptivo y sus causas.