La asociación Innoceana España se dedica a recoger las pelotas procedentes de un campo de golf de Tenerife ubicado junto al mar que afectan a la salud de las especies marinas
La ubicación de los hoyos en los campos de golf, que se encuentran a primera línea de costa puede tener consecuencias perjudiciales para el medio ambiente y, en especial, para el fondo marino.
La directora de Proyectos de la ONG marina Innoceana España, Berta Felipe, asegura que la asociación ha conseguido recoger la gran mayoría de las pelotas del campo de golf del sur de Tenerife, pero han sido muchas las que no han podido traer de vuelva.
Por su parte, el director de Innoceana, Carlos Mallo, expresa que «los campos de golf suelen estar en los bordes de los acantilados, y a lo mejor hay que redistribuir la ubicación de los hoyos».
Están compuestas por un núcleo de zinc, un material altamente tóxico que, cuando se queda en el fondo del mar, se disuelve y afecta a la salud de las especies marinas.
La Asociación denuncia que muchas de ellas se quedan en el mar. «A veces no las podemos coger porque se quedan muy cerca de los erizos del mar», asegura Felipe.
Por ello, han creado una campaña para conciencias del daño que producen nuestros residuos que acaban en el fondo marino.