La tradicional marcha del Orgullo LGTBI vuelve mañana a las calles de Madrid tras el parón de la pandemia, un manifestación sin carrozas pero que se espera multitudinaria y que llega tras aprobarse el anteproyecto de ley trans
La reivindicación de los derechos trans centra precisamente el lema de la manifestación de este año -«Los derechos humanos no se negocian, se legislan. Ley Integral Trans ¡Ya!»-, que culminará simbólicamente en la plaza de Colón para recuperar un espacio que en los últimos tiempos ha sido escenario de importantes concentraciones de la derecha.
Los organizadores han diseñado un protocolo para intentar guardar las distancias y respetar las restricciones sanitarias, con mascarilla obligatoria, en una manifestación con una participación máxima de 25.000 personas.
No se espera que acudan a la marcha representantes ni del PP ni de Vox, pero las principales fuerzas políticas de Madrid han confirmado su asistencia.
El PSOE, partido en el que no hay consenso en cuanto a la ley trans, cuestionada por una parte del feminismo, no ha concretado su delegación, en la que previsiblemente participará como otros años el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, impulsora de la ley trans, encabezará el grupo de Unidas Podemos, en el que se integrarán también la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, y la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, con el lema «Son derechos, no deseos ¡es ley!».
En la delegación de Ciudadanos participarán la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís; junto a responsables del partido. Vuelven a la marcha del Orgullo después de que en la última manifestación, celebrada en 2019, se vieran obligados a abandonar entre insultos y gritos por sus alianzas municipales con Vox.
A falta del color de las carrozas, los colectivos organizadores apuestan por una Orgullo reivindicativo y político y reconocen la importancia de llegar a la marcha con un anteproyecto de ley que despatologiza la transexualidad y recoge la autodeterminación de género, el derecho a cambiar de sexo en el registro sin informes ni testigos.
El Consejo de Ministros lo aprobó el martes tras largas negociaciones en el seno del Gobierno de coalición y los colectivos han asegurado que estarán muy atentos a su tramitación.
Confían aún en que se permita el cambio de sexo desde los 12 años -el anteproyecto los fija en 14- y que se reconozcan derechos a las personas trans migrantes y de las no binarias (que no se sienten ni hombre ni mujer).