Los perros o la falta de relevo generacional son algunos de los motivos por los que peligra la subsistencia de las ovejas de raza palmera
Cerca de 200 cabezas de oveja de raza palmera subsisten en la Isla Bonita acuciadas por diferentes problemas. Son una variedad local de largo pelaje, resistente al frío y cuyo mayor valor es su carne, y su subsistencia peligra a la par que su número se reduce por diferentes circunstancias.
«Uno de los problemas son los perros», explica Ángel Pedrianes, criador de esta raza de ovejas. «Está claro ya que son los que van esquilamando la raza. Luego está el relevo generacional. Ningún joven quiere criar ovejas».
Además, Pedrianes denuncia que «las ovejas que crían las diferentes Administraciones Públicas no van a salvar la raza, no puede ser».
No se hace queso con su leche al ser muy espesa, y su lana no tiene mucha salida ante la falta de manufactura. «Son ovejas con lanas largas y medianas, y normalmente son toda blancas».
En base a su ubicación, Garafía acoge el núcleo principal de ovejas, también presentes de forma más testimonial en El Paso o Santa Cruz de La Palma.