Los conductores del transporte público controlan los aforos pero reconocen que no es una tarea fácil
El transporte público es uno de los servicios que se han visto afectados por la pandemia. Usuarios y compañías han tenido que adaptarse a la situación, sobre todo en niveles altos de riesgo. En el tranvía de Tenerife y en Guaguas Municipales de Las Palmas de Gran Canaria, los conductores controlan el aforo. Los pasajeros se quejan de que no se cumple la normativa.
En una guagua articulada caben cincuenta personas respetando el aforo del 33 por ciento en la fase 4. Ocupando todos los asientos hasta una veintena podría ir de pie. Según los responsables de este transporte público es lo que explicaría la sensación de aglomeración. Reconocen, sin embargo, que es complicado controlar los cupos e imposible el metro y medio de separación.
Han llevado a cabo un estudio sobre la calidad del aire durante tres semanas y aseguran que no se ha demostrado ningún foco de covid 19. Se apela también a la responsabilidad de cada persona para reducir la movilidad. Y si no es indispensable no utilizarlo en hora punta.