TEA Tenerife Espacio de las Artes descubre a Maud Bonneaud en ‘Maud, c’est la vie!’, la primera retrospectiva dedicada a la figura de la artista e intelectual (Limoges, 1921-Madrid, 1991)
La exposición que propone Tenerife Espacio de las Artes muestra la enorme complejidad de una autora que vivió de cerca la efervescencia cultural de la segunda mitad del siglo XX junto a nombres como Breton, Man Ray, Óscar Domínguez, Chirino o Millares y que hoy, décadas después de su muerte reconocemos su singularidad.
Hablamos con la Pilar Carreño, experta en las vanguardias artísticas y comisaria de la muestra.
1. Maud Bonneaud, Domínguez, Westerdahl ¿suponemos que la exposición está dedicada a todas ellas?
Evidentemente es la misma Maud, ya que la exposición recorre su biografía. En realidad su nombre de pila era Madeleine, pero en el internado inglés en el que estuvo sus compañeras de curso la llamaban Maud. Por otra parte, según la costumbre francesa, ella adopta el apellido de sus maridos, primero el de Domínguez y luego el de Westerdahl.
2. Una vida intensa. Conoce a André Breton en plena guerra, después a Paul Éluard, a Óscar Domínguez, a Man Ray… Picasso
El encuentro casual con André Breton en Poitiers, creo que marcó su trayectoria existencial y su decisión de marcharse a París en 1942 y su posterior encuentro con Domínguez la metieron en una vorágine, difícil de entender actualmente, pero normal en esos difíciles años de guerra.
3. Además de su faceta intelectual ¿siempre le acompañó su parte artística? ¿Cuándo surge la Maud artista?
Su faceta artística surge en compañía de Domínguez, en 1945, como ella misma relata en sus Memorias y en alguna entrevista, ese complicado mundo técnico del esmalte le atrajo poderosamente y en él fue volcando su mundo personal.
4. Con Domínguez vive algunos de sus momentos más intensos en el París de los años 40. Incluso colabora en el vestuario y la escenografía en un montaje teatral sobre un texto de Sartre
La colaboración de Maud en Les mouches de Sartre lo conocemos por el testimonio de la propia Maud, pues en el prensa de la época solo nombran a Domínguez.
5. 1955 es un año clave
Ese año marcha un cambio total de rumbo en su vida, buscaba una cierta tranquilidad, porque estaba cansada de la vida que había llevaba hasta esos momentos. Ese traslado potenció su faceta artística.
6. Un cambio que implica, además, su traslado a Tenerife. No deja de ser curioso, o quizás no lo es tanto, que llegue finalmente a Tenerife, la ‘isla surreal’ que enamoró a Breton (al que conoció en Francia) y la isla natal de Domínguez, su primer marido
Tanto Breton y su mujer Jacqueline, como Domínguez le habían hablado de Tenerife como un paraíso, pero Maud al conocer la isla no la creyó tan idílica como se la habían descrito.
7. Una mujer “de mundo”, que conoce el París bohemio y a intelectuales de primera fila se instala definitivamente en Santa Cruz de Tenerife ¿Cuál es el ambiente artístico que se encontró?
Imagina el contraste de vivir en una ciudad como París y en un ambiente bohemio, a una ciudad de provincias con un ritmo de vida muy diferente, pero quizá lo que buscaba en esos momentos era alejarse de todo ese bullicio y llevar una vida más cómoda, aunque Maud manifestó que al principio de vivir en Santa Cruz le costó adaptarse a su nueva vida.
8. Pero paradójicamente, en Tenerife es dónde expone por primera vez sus esmaltes. Esto ocurre el 1 de abril de 1954 en el Casino de Santa Cruz de Tenerife ¿podemos decir que aquí es donde se presenta la Maud artista?
Maud hacía esmaltes desde 1945 y los esmaltes que se presentaron en el Casino los trajo de París, lo que podemos afirmar es que su presentación en Canarias.
9. A esta exposición seguirán las de Madrid y otras posteriores en las islas
Más tarde, en 1959, hará su presentación en Madrid de la mano de César Manrique con el que mantuvo una gran amistad.
10. Un aspecto que apunta en el catálogo de la muestra y que resulta muy interesante: Maud fue determinante en la Exposición de Esculturas en la Calle de 1972
Las intensas relaciones internacionales de Maud hicieron posible que el vizconde de Noailles prestara una obra de Domínguez y facilitara los planos detallados del Monumento al gato que se localiza en el Parque García Sanabria. También sirvió de intermediaria con sus amigos Roland Penrose y Lee Miller que vinieron a Tenerife.
11. Los años 70 fue una época intensa en la que participa en varias exposiciones colectivas. Algunos de esos artistas están hoy en la muestra del TEA. Además de artista, Maud fue amiga de artistas
Maud se relacionó con intelectuales y artistas y mantuvo relaciones con muchos artistas, en la exposición solo hay presentes unos pocos.
12. ¿Hemos tenido que llegar al siglo XXI para celebrar una muestra monográfica que ponga en valor su obra?
He de recordar que en 2005 el CAAM celebró una muestra compartida con Eduardo Westerdahl, pero ella no era la protagonista principal. En esta ocasión he pretendido que Maud sea la protagonista, aunque participen otros artistas e intelectuales en su recorrido vital.
La muestra ‘Maud c’est la vie’ puede visitarse hasta el 3 de mayo de 2022 en el Tenerife Espacio de las Artes (TEA)