La bomba de calor utiliza propano, un refrigerante natural que permite obtener una alta eficiencia energética y que tiene unas emisiones equivalentes de dióxido de carbono casi nulas
Un equipo del Instituto Universitario de Investigación en Ingeniería Energética (IUIIE) de la Universitat Politècnica de Valencia y la empresa Saunier Duval han desarrollado la primera bomba de calor de uso doméstico que funciona con refrigerantes que no emiten dióxido de carbono.
El director del área térmica del IUIIE de la institución universitaria, José Gonzálvez, ha explicado que la bomba utiliza propano. Es un refrigerante natural que permite obtener una alta eficiencia energética. Además tiene unas emisiones equivalentes de dióxido de carbono casi nulas.
Gonzálvez ha destacado que «nuestra bomba puede calentar las viviendas de forma totalmente respetuosa con el medio ambiente«. «Además, sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera. Además, su alta eficiencia energética permite calificarla como energía renovable, al bombear energía del ambiente».
Eficiencia energética
Entre las ventajas de la bomba los investigadores destacan que puede generar agua caliente para calefacción a temperaturas de hasta 75ºC. Con una eficiencia energética muy elevada, algo que con las bombas de calor convencionales no es posible.
La máquina es de alta eficiencia (A+++) pues por cada kWh eléctrico que consume, produce 6,48 kWh de calefacción para la vivienda. Respecto a la producción de agua caliente sanitaria, por cada kWh eléctrico consumido genera 4,43 kWh.
Gonzávez ha señalado que en el desarrollo tecnológico que han realizado han logrado alcanzar eficiencias energéticas similares a los refrigerantes actualmente usados, de alto poder de calentamiento atmosférico.
«Para ello, realizamos un análisis sobre la mejor configuración del ciclo de compresión de vapor adaptada al refrigerante utilizado». «Minimizamos la cantidad utilizada y optimizamos los parámetros de control del equipo”, ha dicho.
Además, el director del área térmica del IUIIE ha adelantado que en los próximos años, «el principal reto será aumentar la eficiencia de estos equipos a bajas temperaturas ambientales». «También dotarlos de un sistema inteligente que permita la detección temprana de fallos o degradación de su eficiencia en el tiempo».