El aumento de tropas de Rusia cerca de la frontera ucraniana ha generado reacciones internacionales. Biden ha avisado a Putin de que una hipotética intervención militar no quedará impune
Las autoridades de Rusia y Ucrania siguen elevando su pulso político con acusaciones cruzadas sobre una ofensiva militar inminente. Es un nuevo repunte de la tensión existente desde que en 2014 se inició una rebelión separatista en el Donbás. Fue cuando Moscú proclamó la anexión de la península de Crimea.
Kiev estima que hay unos 122.000 militares rusos posicionados a unos 200 kilómetros de la frontera. A ellos se sumarían más de 143.000 a una distancia de 400 kilómetros. Moscú se defiende y, entre avisos de nuevos despliegues, sostiene que tiene derecho a movilizarse ante el acercamiento ucraniano a la OTAN.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró el jueves en rueda de prensa que «Ucrania podría estar preparándose para una operación militar». Este viernes, la portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, ha seguido esta misma línea: «En vez de poner fin a la guerra civil, Kiev parece estar preparándose para resolver por la fuerza el llamado problema del Donbás«, informa la agencia Sputnik.
El gobierno ucraniano niega las las acusaciones de Rusia
El Gobierno ucraniano, por su parte, ha negado las acusaciones. «La declaración del presidente de Rusia sobre la supuesta preparación de una operación militar en el Donbás es falso«, ha sentenciado el portavoz del Ministerio de Exterores ucraniano, Oleh Nikolenko, en declaraciones a la agencua Ukrinform.
En este sentido, Nikolenko ha señalado que las autoridades ucranianas, con el presidente Volodimir Zelenski a la cabeza, sólo buscan la paz y siguen apostando por la diplomacia para resolver el conflicto.
El aumento de tropas rusas cerca de la frontera ucraniana ha generado también todo tipo de suspicacias en la escena internacional. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha avisado a Putin de que una hipotética intervención militar no quedará impune.
También la OTAN se ha posicionado del lado de Kiev, mientras que la Unión Europea ha reconocido esta semana a través de su Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell, que hay «miedo a una invasión«.