El epicentro fue Madrid y rápido se extendió por todo el país y traspasó fronteras
Diez años de uno de los movimientos sociales más importantes de nuestra historia reciente. Un llamamiento a la democracia real. En plena crisis económica, el 15 M llenó las calles de indignación.
El epicentro fue Madrid y rápido se extendió por todo el país y traspasó fronteras. En 2011 y tras años de recortes, España se enfrentaba al peor de los escenarios. Todo ello a una semana de elecciones municipales y autonómicas, cuando ese descontento tomó las plazas. Nació el 15 M al llamamiento de democracia real ya. Al amparo de estas asambleas comenzó a vislumbrarse el fin del bipartidismo.
Al grito de «Que no, que no, que no nos representan» y «Oé, oé, oé lo llaman democracia y no lo es», la marcha llegó a la Puerta del Sol, donde 200 jóvenes decidieron montar una acampada, que se convertiría en el símbolo del fenómeno social.
Fue la mecha que empezó a extenderse por muchas ciudades e, incluso, por algunas capitales mundiales, lo que llevaría a la prensa internacional a hablar de la «Spanish revolution» como parangón de las primaveras árabes.
Tres años después Podemos recogía el guante de algunas de esas propuestas y con Pablo Iglesias a la cabeza entraba con fuerza en muchas instituciones.