Luces, sombras y consumo: ‘Siempre nos quedará París’ cuestiona la Navidad en la sociedad actual

El programa de radio analiza qué revela realmente la Navidad en la sociedad actual. Invita a los oyentes a reconciliar la tradición con la autenticidad en un contexto de alto consumo

Luces, sombras y consumo: 'Siempre nos quedará París' cuestiona la Navidad en la sociedad actual
Rosa Vidal enciende el debate sobre la verdadera esencia de la Navidad este lunes.

El programa de Inteligencia Emocional de la Radio Canaria, Siempre nos quedará París, que dirige y presenta Rosa Vidal cada lunes a las 22:00 horas, se adentra este 15 de diciembre en el sentido de la Navidad bajo el lema «Entre el brillo del consumo y la necesidad de volver a lo esencial».

¿Qué revela realmente la Navidad? Entre el brillo del consumo y la necesidad de volver a lo esencial», el espacio invitará a la reflexión sobre cómo esta época actúa como un espejo que amplifica las dinámicas emocionales, relacionales y de consumo de la sociedad actual.

El equipo y los oyentes analizarán la dualidad de la celebración: ¿Se ha convertido la Navidad en un gran escaparate de materialidad y obligaciones sociales, o sigue siendo un refugio para el encuentro, los valores compartidos y la conexión emocional?

Desde la perspectiva de la inteligencia emocional, el programa explorará las contradicciones, las expectativas y los conflictos internos que genera este periodo, abordando preguntas clave como ¿La Navidad nos une o nos confronta? ¿Celebramos desde el deseo o desde la inercia de la tradición? ¿Es posible reconciliar la autenticidad personal con un contexto tan marcado por el consumo?

‘Siempre nos quedará París’ ofrecerá un espacio de diálogo para entender las emociones que se despiertan durante estas fechas, desde la ilusión y la nostalgia hasta la tristeza por las ausencias, buscando orientar a los oyentes a vivir estas fiestas desde la consciencia y la autenticidad.

Una festividad contradictoria: estrés y duelo

Aunque la Navidad es una época asociada a la felicidad, los expertos señalan que no es sinónimo de alegría para todos. Según el profesor Rolando Salinas, de la Universidad Católica Argentina (UCA), algunas personas rechazan la tradición de montar el árbol navideño como una forma de evitar el componente de estrés que estas fechas implican. Se explica que las preocupaciones por la organización de reuniones, el cierre de balances personales y laborales, y la ansiedad asociada a las expectativas, hacen que la decoración se perciba como una carga y no como un placer.

La razón más profunda detrás de este rechazo, sin embargo, radica en la regulación de la carga emocional y el duelo. Este profesor indica que el rechazo a montar el árbol puede ser un límite personal para evitar que la Navidad se convierta en un recordatorio doloroso de las pérdidas ya que muchas personas reviven los fallecimientos y las rupturas familiares en esta época.

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