Según el Comité Internacional de Cruz Roja, alrededor de 346 millones de personas se encuentran en inseguridad alimentaria en el continente
Alrededor de 346 millones de personas se encuentran sumidas en una inseguridad alimentaria en África, una cifra que supone más de una cuarta parte de la población total del continente, según ha alertado este martes el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que ha dicho que la situación podría empeorar durante los próximos meses.
«Esta catástrofe pasa mayormente inadvertida. Millones de familias padecen hambre, y muchísimos niños mueren por malnutrición», ha manifestado el director de Actividades Operacionales del CICR, Dominik Stillhart, según un comunicado publicado por el organismo.
«Estamos aumentando nuestras actividades en países como Somalia, Kenia, Nigeria y Burkina Faso y en muchos otros, con la intención de que la ayuda llegue al mayor número posible, pero es abrumadora la cantidad de personas que no tienen alimentos ni agua», ha agregado.
Inseguridad alimentaria en todo el continente
Así, el organismo ha recalcado que esta crisis se extiende por todo el continente, desde Mauritania y Burkina Faso en el oeste hasta Somalia y Etiopía en el este, motivo por el que ha anunciado que incrementará sus actividades en diez países para dar ayuda a 2,8 millones de personas más de lo que hace en la actualidad.
El CICR ha hecho hincapié en que las necesidades son «inmensas» debido a la existencia de conflictos, alteraciones climáticas como las sequías, el aumento del número de refugiados y desplazados internos y el aumento de los precios de productos básicos como los alimentos o el combustible, una situación ahondada por la pandemia de coronavirus.
En esta línea, ha reconocido que otro de los retos es el limitado acceso a personas en situación de vulnerabilidad debido a la inseguridad, antes de agregar que otro de los factores es la guerra desatada el 24 de febrero en Ucrania, que ha contribuido a un aumento de los precios de los alimentos y el combustible, así como a interrupciones en las rutas de abastecimiento.
«Es necesario que más actores participen en la respuesta a esta crisis. La mayor parte de las actividades del CICR ayudan a la población a sobrevivir, pero con eso no alcanza», ha apuntado Stillhart. «Una crisis de esta magnitud requiere de un esfuerzo concertado de gobiernos, socios humanitarios y donantes, a fin de brindar el apoyo necesario a mediano y a largo plazo para que las personas afectadas puedan recuperarse. Esa debe ser la prioridad», ha zanjado.
Peor crisis alimentaria en una década
Por su parte, once organizaciones no gubernamentales han señalado este mismo martes que África Occidental sufre en estos momentos su peor crisis alimentaria en una década, con 27 millones de personas en situación de hambre, una cifra que podría aumentar hasta los 38 millones en junio, una cifra que sería histórica y supondría un aumento de más de un tercio respeto a 2021.
Estas organizaciones, entre las que figuran Oxfam, Acción contra el hambre, Save the Children, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) y World Vision, han emitido la voz de alerta antes de la conferencia virtual sobre la crisis alimentaria en el Sahel y el lago Chad organizada por la Unión Europea y el Club del Sahel y África Occidental.
Ahondamiento de las crisis alimentarias
Así, han destacado que durante la última década las crisis alimentarias han aumentado en esta región del continente. Entre 2015 y 2022 la cantidad de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia ha pasado de siete a 27 millones.
«La producción de cereales en algunas partes del Sahel se ha reducido en un tercio en comparación con el año pasado. Los suministros de alimentos para la familia se están agotando. La sequía, las inundaciones, los conflictos y los impactos económicos de la COVID-19 han obligado a millones de personas a abandonar sus tierras, llevándolas al límite», ha afirmado el director regional de Oxfam para África Occidental y Central, Assalama Dawalack Sidi.
Preocupación por el Sahel central
En esta línea, el director de Save the Children para África Occidental y Central, Philippe Adapoe, ha apuntado que «la situación está obligando a cientos de miles de personas a mudarse a diferentes comunidades y a convivir con familias de acogida que ya padecen condiciones difíciles».
«No hay suficiente comida, y mucho menos comida que sea lo suficientemente nutritiva para los niños y las niñas. Debemos ayudarlos urgentemente porque su salud, su futuro e incluso sus vidas están en riesgo», ha dicho. La ONU calcula que 6,3 millones de niños y niñas de seis a 59 meses sufrirán desnutrición aguda este año. También incluye más de 1,4 millones en la fase de desnutrición aguda severa.
Las ONG han resaltado que las sequías en esta zona del continente han reducido las fuentes de alimento, especialmente en el Sahel central. Muchas familias vendan sus bienes y ponen en peligro su capacidad productiva para intentar comprar alimentos. Incluso las niñas pueden verse obligadas a contraer matrimonio a una edad temprana.
«Las lluvias son escasas. Ya no hay comida. Con la falta de pastos, las ovejas están cada vez más delgadas y eso nos obliga a venderlas a pérdida. Antes tenía doce ovejas, pero ahora solo me queda una», ha explicado Ramata Sanfo, un pastor de Burkina Faso. «Me gustaría recuperar mi ganado para tener suficiente dinero y que mis hijos puedan volver a la escuela», ha agregado.
Impacto de la guerra en Ucrania
Por otra parte, las organizaciones han advertido de que al aumento de los precios se suma el impacto de la guerra en Ucrania. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha señalado que los precios de los alimentos podrían incrementarse un 20 por ciento en todo el mundo.
Asimismo, es probable que el conflicto provoque una disminución significativa de la disponibilidad de trigo, algo que impactaría con dureza a estos países. Al menos el 30 por ciento –y en algunos casos más del 50 por ciento– de su trigo llega de Rusia y Ucrania. A ello se suma una caída en la ayuda internacional a África para hacer frente a la crisis humanitaria en Ucrania.
«No debería haber competencia entre crisis humanitarias», ha defendido el representante regional de Acción contra el Hambre, Mamadou Diop. «La crisis del Sahel es una de las peores crisis humanitarias a escala mundial y, al mismo tiempo, una de las menos financiadas. Tememos que al redirigir los presupuestos humanitarios a la crisis de Ucrania corramos el riesgo de agravar una crisis para responder a otra», ha dicho.
Por ello, estas organizaciones –entra las que también figuran CARE International, International Rescue Committee (IRC), The Alliance for International Medical Action (ALIMA), Tearfund, Handicap International-Humanité & Inclusion y Mercy Corps– han reclamado a los gobiernos y donantes que no repitan el fracaso de 2021, cuando sólo se financió el 48 por ciento del Plan de Respuesta Humanitaria para África Occidental.
Llamamiento a la financiación
En esta línea, han reclamado que se cierre el déficit de financiación de 4.000 millones de dólares (alrededor de 3.642 millones de euros) en el llamamiento de Naciones Unidas para África Occidental con el objetivo de salvar vidas
«La conferencia sobre la crisis del Sahel prevista para mañana es una oportunidad única para movilizar la asistencia alimentaria y nutricional de emergencia necesaria y para demostrar que las vidas de las personas en África no valen menos que las de Europa», ha remachado Sidi.