Una casa con premio, una ruina reconstruida o una construcción centenaria son algunos de los hogares que se muestran en el programa de este lunes
Televisión Canaria presenta este lunes 26 de agosto, a las 22:00 horas, el tercer episodio de la nueva temporada de ‘Toc, toc… ¿Se puede?’, el programa recorre cada semana algunos de los hogares más curiosos y originales del Archipiélago canario.
En esta ocasión, el programa abrirá las puertas de seis viviendas muy especiales, en un doble episodio en el que caben hogares de 50 metros cuadrados, hasta lugares residenciales donde cabría un estadio de fútbol. Desde edificaciones más orientadas hacia el interior hasta hogares luminosos y coloridos. Todos tienen cabida en este programa.
Un oasis de tranquilidad en pleno bullicio
Si hay una cosa por la que llama la atención el refugio de Diego es que por fuera nunca nos llegamos a imaginar cómo es por dentro. Se trata de un recinto de tres plantas en mitad de la jungla urbana de Las Palmas de Gran Canaria, con un diáfano patio interior que descubre toda la esencia del espacio y que permite que se viva hacia el interior, ignorando el bullicio de la calle.
La casa fue adquirida a una comunidad religiosa y en la reforma descubrieron en sus bien conservados cimientos hasta callaos de la playa cercana, de ahí que eligieron mantener algunas de sus paredes desnudas. Su profesión de diseñador está presente en todo momento en el desarrollo de ambientes de la vivienda. Unas escaleras que conservan el piso y estructura original; una planta alta con largo recorrido y sin puertas: un armario incrustado en la pared y que la traspasa hasta la habitación contigua; un baño con un alto tragaluz que aporta una inmensa luz natural, una instalación eléctrica canalizada por el exterior de las paredes… Todo ello ha conseguido que una de las protagonistas de TOC, TOC… ¿SE PUEDE? de esta semana haya ganado incluso algún que otro premio de diseño arquitectónico.
Hogar, dulce hogar
La isla de El Hierro acoge otra de las viviendas que se mostrarán en el programa doble de esta semana. La casa de Dulce era una construcción en ruinas cuando se hizo con ella hace poco más de una década, después de más de 30 años soñando con ese viejo inmueble cada vez que pasaba por delante. El espacio original apenas conservaba algunas ventanas y ciertas partes del techo, este con tejas.
Después de una profunda transformación que llevó a cabo el arquitecto y culminó ella misma con su marido, el lugar en el que vive Dulce mantiene ciertas tradiciones canarias como techos altos de madera de tea, en este caso a dos aguas, algunas paredes originales de piedra, al descubierto y un radiante patio acristalado, principal protagonista del hogar. Se trata de una enorme zona central con doble muro de protección que cubre un enorme aljibe, ahora ya en desuso, al que antiguamente acudían los vecinos de la capital herreña a recoger agua.
El padre de Alejandra, la tercera anfitriona del programa de este lunes, fue un espía ruso, algo que descubrió en su adolescencia. Con ese interesante pasado, no era de extrañar que tarde o temprano quisiera sacar a la luz la historia familiar mediante un libro, como así ha hecho la anfitriona. La escritora se autodenomina toda una decoradora frustrada y ese ánimo lo ha trasladado a su casa, en el municipio tinerfeño de La Laguna, en el que juega con amplios espacios, una cocina empapelada, un mobiliario que recuerda a su familia y objetos coleccionables de todo tipo. La vivienda recuerda al clásico chalet estadounidense de una planta, por el tipo de construcción y por su colorido.
TOC, TOC… ¿SE PUEDE? también se adentra en esta ocasión en las calles de Santa Cruz de Tenerife para tocar en la puerta de Cristina. Y decimos puerta porque es la única de la casa. La anfitriona decidió que quería un hogar amplio sin barreras hacia las habitaciones. Hoy veremos en este programa doble cómo es eso de tener un baño sin puerta alguna. El color y el arte inundan todas las estancias, al igual que una decoración de lo más curiosa y objetos de coleccionismo que se ha traído de sus numerosos viajes por todo el mundo. A pesar de ser una vivienda a ras del suelo de la calle, la luz invade todos los rincones, gracias también a un patio que más que eso parece un jardín.
Una casa centenaria
La zona de Tindaya, en el municipio majorero de La Oliva es el próximo destino del programa. Laura y su marido se hicieron en 2018 con una casa de más de 150 años en la que muchos vecinos aseguraban haber nacido en ella. Todas las estancias fueron reformadas con cal, piedra y madera, convirtiendo el enorme salón-comedor en la estancia principal, un espacio diáfano y con unas vistas inmejorables en el que la anfitriona luce numerosos objetos reciclables. Laura y su morada presumen de integrar de manera armoniosa materiales sostenibles en consonancia con la naturaleza, hasta el punto de haber creado una sauna en el ambiente del dormitorio. En la zona exterior se podrá ver incluso un horno de cal que aún se conserva en buen estado.
La conocida presentadora de televisión Ana Trabadelo será la última protagonista cuyo hogar veremos en el programa. La que fuera la principal reportera de TOC, TOC… ¿SE PUEDE? en la primera temporada se convierte en esta nueva edición en anfitriona. El protagonista absoluto de su refugio es el amplio espacio central que conforman el salón y la cocina, ambos con un alargado ventanal al que ella denomina como “la ventana indiscreta del vecindario”. Tiene a sus sobrinos especialmente presentes en la casa, dedicándoles un dormitorio con hasta un tobogán. El baño, con su gran espejo, es otra de sus estancias preferidas, algo indispensable para una comunicadora como ella, según descubrirá.