La presidenta de la Comisión Europea defendió la compra centralizada de los fármacos para los Veintisiete a través de la Comisión Europea y explicó que su Ejecutivo ha tomado decisiones para enmendar los problemas que han ido surgiendo.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reconoció este miércoles «errores» y un «exceso de optimismo» en la estrategia comunitaria de vacunación, pero defendió el plan diseñado por Bruselas y subrayó que el «cuello de botella» se debe a que la ciencia ha ido más rápido que la industria.
«Hemos sido demasiado optimistas con la capacidad de producción» y «de alguna manera la ciencia ha superado a la industria», dijo Von der Leyen en una comparecencia en el Parlamento Europeo (PE) sobre la estrategia de vacunación en la UE.
La presidenta del Ejecutivo comunitario, asediada por las críticas por el lento inicio de la inmunización y los retrasos en las entregas de las tres vacunas aprobadas en la UE (Pfizer-BioNTech, Moderna y AstraZeneca-Oxford), se sometió al escrutinio de la Eurocámara contando con el respaldo anticipado de los principales grupos del hemiciclo, con reuniones previas a puerta cerrada con los democristianos, socialdemócratas y liberales.
Defendió la compra centralizada de los fármacos para los Veintisiete a través de la Comisión Europea y explicó que su Ejecutivo ha tomado decisiones para enmendar los problemas que han ido surgiendo, como la creación de un grupo de trabajo «para redoblar la producción» o – a medio plazo- la Autoridad de Respuesta de la UE y de Preparación de Emergencia Sanitaria (HERA, por sus siglas en inglés), para armarse ante futuras crisis sanitarias.
«Uno de los cuellos de botella tiene que ver con sólo 2 moléculas sintéticas. Si tuviéramos solo 250 gramos más de esas moléculas podríamos producir 1 millón más de vacunas, nos dicen las empresas», dijo Von der Leyen.
Médica de formación, la conservadora explicó que desarrollar una vacuna requiere generalmente entre 5 o 10 años, mientras que los fármacos para protegerse contra la covid-19 se han generado en sólo 10 meses y en algunos casos con nuevas tecnologías, como el ARN mensajero de Pfizer-BioNTech o Moderna.
Lo lamento profundamente
En solo 12 minutos de intervención en más de 4 horas de debate, y delegando la réplica en la eurocomisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, Von der Leyen -que leyó su discurso- se excusó especialmente por la minicrisis generada en Irlanda del Norte a propósito del acuerdo de Brexit, con el improvisado mecanismo de control de exportaciones de vacunas, que fue inmediatamente corregido.
«Sí, se han cometido errores en el proceso que nos llevó a la decisión última. Y sí, lo lamento profundamente (…). Mi Comisión va a hacer todo lo posible por preservar la paz en Irlanda del Norte», dijo la alemana.
Transparencia, patentes y precios
«Soy consciente de que la confianza requiere transparencia», dijo Von der Leyen ante uno de los grandes reproches al sistema de compra: la confidencialidad de los contratos con las farmacéuticas, de los que solo se han publicado cuatro y con las partes sensibles censuradas, como el precio de las vacunas o los plazos de entrega.
Por parte del Partido Popular Europeo, primer grupo del hemiciclo y familia política de Von der Leyen, el español Esteban González Pons respaldó la compra conjunta y señaló que, de haber actuado cada uno por su cuenta, Estados como España, por dimensión y peso político, no habrían empezado a vacunarse hasta que hubieran terminado Alemania y Francia.
La líder del grupo socialdemócrata, Iratxe García, también alabó la estrategia comunitaria para evitar «esas peleas por acaparar mascarillas y respiradores entre países» de la UE al inicio de la pandemia e invitó a reflexionar «sin agitación» y dio la bienvenida a las críticas pero «con un espíritu constructivo y con lealtad internacional».
En nombre de la Izquierda Unitaria Europea, la francesa Manon Aubry reivindicó a la Comisión que exija a los laboratorios la renuncia a los derechos de propiedad intelectual para «sacar de las garras de los laboratorios estas vacunas», financiadas en gran medida con dinero público.
Menos crítica, la líder ecologista Ska Keller subrayó el «valor de la investigación pública y de tener unos sistemas sanitarios de calidad».
Entre los diferentes asuntos abordados, varios eurodiputados plantearon si la CE se equivocó al priorizar el precio en la negociación con los laboratorios en vez de garantizar la producción pues, pese a conseguirlas más baratas que EE.UU. o Israel, el ritmo de vacunación es más lento.
«Lo barato sale caro», dijo el liberal Luis Garicano (Ciudadanos) en un debate en el que el Jorge Buxadé (VOX) pidió la dimisión de Von der Leyen, en línea con otros diputados de ultraderecha.
En el turno de réplica, la comisaria de Sanidad reconoció que «el ritmo de vacunación puede y debe aumentarse».
«Estamos haciendo todo lo que podemos para que así sea en las próximas semanas», explicó Kyriakides, que realzó también la iniciativa de la UE para suministrar vacunas a países pobres.