En 1730 tuvo lugar la erupción de Timanfaya, siendo la más duradera en Canarias al permanecer durante casi 6 años completos
El 1 de septiembre de 1730, entre las 9 y 10 de la noche, la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya, a casi 10 kilómetros de Yaiza (Lanzarote), dando paso a la erupción histórica más duradera en Canarias. Duró hasta el 16 de abril de 1736, dejando un tercio de la isla inhabitable y un paisaje totalmente cambiado.
Así, destruyó 2.000 hectáreas de fértil vegetación, además de dos manantiales de agua dulce. Según los relatos de la época, si bien hablan solo de una víctima, en torno a 2.000 personas emigraron a Fuerteventura, Gran Canaria, e incluso Sudamérica.
Con la erupción de Timanfaya, dividida en 5 fases de desarrollo, se abrieron en torno a 300 bocas volcánicas y las lavas cubrieron una superficie de 187 kilómetros cuadrados. A su vez, arrasó con diez pueblos enteros, tales como Tinfaga, Montaña Blanca, Maretas, Santa Catalina o Peña de Palmas, entre otros.
En la actualidad, toda la zona está considerada Parque Nacional desde 1974, y cuenta con más de 25 cráteres volcánicos y más de 5.000 hectáreas. Posee anomalías geotérmicas, como puntos de altas temperaturas que alcanzan los 100ºC en superficie, en el islote de Hilario. Emanan de un reservorio de magma en torno a 3 kilómetros de profundidad.
De la erupción, además, surgieron cristales de olivino provenientes del manto. En general, pueden aparecer en erupciones basálticas permitiendo conocer la composición de esta capa.
Presencia del Laboratorio Geodinámico de Lanzarote
Dentro del Parque Nacional de Timanfaya, en la Casa de los Camelleros, se encuentra uno de los módulos del Laboratorio Geodinámico de Lanzarote. Permite estudiar los efectos de esta erupción en una de sus zonas de mayor interés.
Así, el grupo de vigilancia volcánica del IGN en Canarias ha realizado varias campañas de medida en el entorno del laboratorio, incluyendo medidas de emisión de dióxido de carbono y temperaturas. Además, cuenta con una estación sísmica en la misma zona, la cual proporciona cualquier señal sísmica hasta 50 Hz de frecuencia.
Con todo, la isla de Lanzarote está monitorizada con varias estaciones sísmicas y geodésicas con el objetivo de seguir analizando de primera mano y con detalle los efectos de esta erupción que este jueves cumple 292 años.
