“Sé que soy un pilar para mi familia y siempre estoy para ayudar, pero velar por toda la familia es agotador. Ya no tengo la misma energía”
Me llamo Susana y soy una mujer invisible. Siempre estoy para todo el mundo, nunca he dicho que no y he ayudado a mis dos hijos todo lo que he podido, incluso económicamente porque viven en una isla donde la compra es más cara y eso se nota. También cuidé a mi marido durante su enfermedad y me tuve que ir con mi madre ya mayor a Gran Canaria cuando un nieto tuvo un accidente de moto que casi lo mata. Muchas veces me he sentido agobiada y no he parado, aunque también yo tenía que cuidarme, porque tuve un infarto cuando tenía 42 años y ya sufro de la espalda. Ahora estoy sola y me gusta seguir siendo útil, así que no logro parar y presido una asociación de mayores.