Sus allegados recaudan fondos para devolver el cuerpo de Abdou Ngom a su familia en Senegal, a la que ayudaba trabajando como albañil
Alcanzó tierra en Lanzarote en su último intento por llegar a España. Antes, se convirtió en Ceuta en el símbolo del drama migratorio por las fotografías que le hicieron abrazado a la voluntaria de Cruz Roja Luna Reyes. Estos son los últimos capítulos de la vida de Abdou Ngom, que falleció este mes en la habitación de un piso en el que malvivía en Málaga. Su historia comenzó mucho antes, en Senegal, de donde huyó para ayudar a su familia.

Ana Jiménez le puso nombre
El trabajo periodístico se nutre de lo humano. No se limita a datos y cifras, y este es un ejemplo de ello. Ana Jiménez es la responsable de que la historia de Abdou no se quedase en un apunte sobre la llegada de migrantes. Ella fue la que le puso nombre al joven de la fotografía que dio la vuelta al mundo como símbolo del drama migratorio. También ha sido la encargada de hacer público su fallecimiento.
Jiménez conoció a Abdou en 2021, cuando le encargaron que encontrase al joven que abrazaba a Luna Reyes, voluntaria de Cruz Roja, en Ceuta. Este abrazo fue un gesto espontáneo de humanidad. Abdou fue una de las miles de personas que cruzaron a nado hasta la ciudad autónoma. En el trayecto, estuvo 20 minutos nadando con desesperación y perdió a su hermano, al que nunca más volvió a ver.
A su llegada, exhausto y lleno de miedo, se abrazó a la voluntaria que le tendía una mano en tierra. La abrazó buscando consuelo como haría cualquier ser humano. La fotografía de ese momento se convirtió en un símbolo, pero también en un tormento para sus protagonistas. Desató oleadas de solidaridad y empatía, pero también de incomprensible odio y críticas feroces, hasta el punto de que la voluntaria tuvo que cerrar todas sus redes.
Abdou Ngom terminó siendo deportado junto a la mayoría de los migrantes a Marruecos. Allí lo encontró Ana Jiménez.
Ella misma relata que el encargo de su superior para dar con el paradero de este joven le pareció imposible en un principio. Aún así, se puso manos a la obra y lo consiguió. Puso en contacto a Luna y Abdou en un emotivo momento televisivo.
Le dio las gracias a Luna porque, aseguró, ese abrazo lo reconfortó y le dio fuerzas.
Una vida sin tregua
Ya lo había intentado antes y lo siguió intentando después. Abdou Ngom llevaba años intentando llegar a España antes de cruzar a Ceuta y lo siguió intentado tras su repatriación. Consiguió llegar en patera en 2024 a Lanzarote, tres años después. En ese tiempo conoció a su mujer y tuvo una niña que ya no lo conocerá.
Abdou nació en Senegal hace 36 años. Huérfano de padre y madre, fue criado por su abuela. Sin dinero ni posibilidad de futuro, él y su hermano salieron del país para enviar dinero a la mujer que los crio. Su hermano desapareció en el trayecto entre Marruecos y Ceuta. Abdou consiguió, al menos, el dinero para ayudar, no se podría decir que una vida mejor.
Ngom vivía con otros siete hombres senegaleses en un piso de tres habitaciones. Según relatan en los medios sus allegados, la vida de ese joven era austera y dedicada al trabajo. Sin contrato ni papeles, trabajaba seis días a la semana como albañil en una empresa que le cobraba también por el piso.
En una habitación de esa casa lo encontraron sin vida el 3 de junio. Llevaba días encontrándose mal, con fiebre y vómitos. Su salud no mejoró aunque fue a urgencias y le pusieron una vía. Deja mujer y una niña de un año en Marruecos.
Para ayudar
Para ayudar a su familia y poder devolver el cuerpo a Senegal, sus allegados están recaudando fondos. Concretamente, la cuenta para recibir las donaciones se encuentra en La Caixa y todo aquel que desee colaborar puede hacer su aportación económica en el número de cuenta ES97 2100 2048 5302 0029 8744. Además, también se pueden enviar Bizum a los teléfonos 661 792 314 y 611 219 721.
