«Escucho el sonido del corte en mis genitales cada vez que relato esta historia. Revivirlo es volver a ser esa niña que sufrió mutilación genital», dice la fundadora de ‘Save a Girl’
Asha Ismail sufrió mutilación genital femenina con tan solo cinco años. Lo recuerda como el día más terrorífico de su vida. «Una señora empezó a cortar. Yo escuchaba el sonido y lo sigo escuchando. Cada vez que lo cuento soy esa niña», dice.
Asha cuenta que su abuela la cogió por los brazos, y con sus piernas abrió las de Asha para colocarla en el agujero que habían cavado. Fue entonces cuando la señora empezó a cortar. «Seguramente eso duró pocos minutos, pero a mí me pareció una eternidad», recuerda.
Explica que desde que sufrió la mutilación genital, ya no puede orinar como lo hacía antes, «sólo me salían gotas». A partir de ahí llegó la regla, las infecciones, y el no poder compartirlo con nadie, «era un tema tabú y no podías hablarlo con nadie».
Relata que su familia la vendió para que se casara. «Aceptaron un dinero para entregar a una persona virgen», afirma. Indica que el señor con el que la casaron intentó penetrarla, pero no lo conseguía, «yo estaba cerrada». Dice que una señora esperaba fuera con una cuchilla. «Ella me corta y él penetra. Esa noche fui violada todas las veces que él quiso«, subraya.
Ahora, Asha preside la fundación ‘Save a Girl‘ para salvar a las niñas de estas prácticas. Este viernes ha contado su historia en unas jornadas organizadas por el Instituto Canario de Igualdad.