Segunda semifinal entre el Atlético de Madrid y el Athletic de Bilbao que buscan un puesto en la final de la Supercopa de España donde ya espera el Real Madrid
Ni el Atlético de Madrid ni el Athletic Club están a la altura de sus mejores expectativas esta temporada, por debajo de sus condiciones de vigentes campeones de LaLiga y la Supercopa de España, pero este jueves buscarán mejorar esas sensaciones en busca de un puesto en la final de la Supercopa de España donde ya espera el Real Madrid.
Nada pone más evidencia tal situación que los números, tan comprometedores para analizar el momento de un equipo, sin matices admisibles en el juego. Ni en las ocasiones falladas. Ni en el quizá. No hay ninguna certeza mayor para ningún equipo que ganar.
Ambos equipos no vencen como deberían, con más visibilidad en el caso del conjunto madrileño, un campeón hace medio año y hoy a 16 puntos de su trono perdido.
Mal momento del Atletico
El Atlético ha ganado sólo seis de sus 17 partidos oficiales más recientes; el último el empate con el que sobrevivió a duras penas, a una hora desbordado, a una de las primeras peores partes que se le recuerdan, en el estadio de la Cerámica.
La igualada disimuló la deriva de un equipo que no se encuentra a sí mismo ya con 27 encuentros disputados, entre la indefinición y la búsqueda sin éxito del sistema, los nombres y los mecanismos que mejor exploten las cualidades individuales de sus jugadores, ahora con Stefan Savic y Antoine Griezmann de baja. Son sus dos únicas ausencias por lesión para la Supercopa de España.
Necesita una reacción. También una reivindicación. La recaída insistente en la que se mueve esta temporada exige una respuesta mucho más concluyente, incapaz de encadenar más de dos triunfos en todo este ejercicio. Un equipo distanciado de la regularidad y el equilibrio que tanto obsesiona a su técnico. Jamás en una década había firmado tan poca productividad. Nunca en esta década había desprendido tantas dudas.
Aunque la Supercopa no es una prioridad para el Atlético (al menos no lo era al principio de la campaña), sí es un estímulo para despertar la determinación que requiere un formato como este y que anhela el equipo madrileño en todas sus líneas, en todo su equipo y, especialmente, en su defensa, admirada antes y vulnerable ahora: Jan Oblak, alejado de sus mejores cursos y expuesto como nunca por su retaguardia al daño rival, sólo quedó imbatido en 5 de sus últimos 20 choques, con 27 goles en contra en ese frustrante trayecto.
Tampoco el Athletic
Tampoco el Athletic, el campeón de la última Supercopa y de dos de las seis más recientes, está en su mejor campaña, dentro de los evidentes altibajos y los empates -diez- que han rebajado su posición en el campeonato. Nada más ha ganado tres de sus últimos trece partidos, uno de ellos al Mancha Real en la Copa del Rey, aunque concentra esas victorias en sus cinco duelos más recientes. Es noveno en la Liga, hoy fuera de Europa.
Con el recuerdo de su fabuloso torneo del año pasado, cuando levantó el trofeo tras imponerse al Real Madrid en semifinales (1-2) y al Barcelona en la final, el Athletic ha viajado a Riad consciente de la dificultad de repetir la hazaña pero ilusionado por hacerlo.
Para ello confía en la capacidad para competir ante cualquier rival que está demostrando a lo largo de la temporada, aunque sin que lo ratifiquen del todo los resultados, y en lo bien que ha empezado 2022, con dos victorias seguidas en Pamplona y en Copa en Mancha Real (Jaén) y un empate en Vitoria para redondear sin perder la primera semana del año.