El avión medicalizado llegó al aeropuerto de Pamplona para recoger al líder del Frente Polisario ha despegado pasadas las 01:30 horas
El secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, abandonó España en la madrugada de este miércoles en un avión oficial argelino desde el aeropuerto de Pamplona, poco después de que saliera del Hospital San Pedro de Logroño donde ha permanecido ingresado un mes y medio para ser tratado de COVID-19.
Ghali había abandonado el centro médico riojano sobre las 21.30 horas de forma discreta, después de pedir el alta de forma voluntaria y apenas unas horas después de declarar de forma telemática ante la Audiencia Nacional. Sobre él no pesa medida cautelar alguna, por lo que ha podido salir de España sin trabas.
El avión medicalizado llegaba a las 00:20 horas de este miércoles al aeropuerto de Pamplona para recoger al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para despegar pasadas las 01:30 horas.
Se trata de un avión medicalizado, un Hawker 1000B de la compañía de aerotaxi francesa Airlec, procedente de Burdeos (Francia). Fuentes saharauis, han apuntado que el vuelo llegará de madrugada a Argel donde Gali seguirá en un centro médico la recuperación de la covid-19, enfermedad por la que vino a España.
Atención humanitaria
El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, ha asegurado que la «atención humanitaria» al secretario general del Polisario «ha concluido» y ha aclarado que saldrá en las «próximas horas y momentos». «No tiene más sentido que permanezca en España. La atención humanitaria ha concluido», ha asegurado en una entrevista en TVE.
España había acogido a Ghali por «razones humanitarias», según el propio Gobierno, que respondía de esta forma al empeoramiento de la salud del líder saharaui tras contagiarse de coronavirus. Según Exteriores, el líder del Polisario entró con su propio pasaporte argelino y se cambió de identidad en el propio hospital.
La acogida de Ghali ha servido a Marruecos como detonante de una crisis que derivó hace dos semanas en la entrada de miles de personas a Ceuta y en un pulso político entre Rabat y Madrid que implicó la llamada a consultas de la embajadora marroquí en España.