La sentencia considera que el hombre aprovechó la circunstancia de que convivía con su expareja y la hija de ésta desde que la niña era muy pequeña por lo que era la única figura paterna que había conocido
15 años de cárcel por agresión sexual a una menor a la que dejó embarazada. La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a un hombre a 15 años de cárcel y a pagar 60.000 euros de indemnización por agredir sexualmente durante años a la hija de su pareja menor de edad, a la que dejó embarazada.

La sentencia considera que el hombre aprovechó la circunstancia de que convivía con su expareja y la hija de ésta desde que la niña era muy pequeña por lo que era la única figura paterna que había conocido.
El hombre, según el texto judicial, habría sometido a la menor a muchas agresiones sexuales hasta que fue ella misma la que presentó una denuncia tras dar a luz a una niña.
El fallo da por probado que las agresiones se llevaban a cabo aprovechando que la madre trabajaba y la dejaba muchas horas a su cuidado y que éstas continuaron hasta la adolescencia y acabaron cuando la menor se convirtió en madre.
La bebé nació en casa asistida por el violador
La niña nació con un 95 por discapacidad a causa de las condiciones en las que se produjo el parto en la misma casa en la que vivían y asistida por el hombre que poco antes de dar a luz la volvió a violar, según la sentencia.
Durante el juicio el procesado fue desalojado en dos ocasiones de la Sala al asegurar que no estaba de acuerdo con el abogado de oficio que le habían concedido y poner en duda que se trataba de un juicio justo.
Su letrado mantuvo que era inocente, que en caso de ser culpable no se le impusieran más de diez años de prisión y que el origen de las agresiones se debía a que la niña estaba enamorada de él y cuestionaba la virilidad del hombre si no se acostaba con ella.
Años de abuso
La sentencia da probado que durante los años de abuso, el acusado advertía a la menor de que se trataba de un secreto entre ellos dos, que su madre no debía saberlo y con este fin en alguna ocasión le ofreció dinero para vencer las reticencias de la niña como ocurrió en unas vacaciones.
A los policías locales que el 3 de junio de 2023, cuando tuvo lugar el parto, trasladaron a la joven al centro de acogida les llamó la atención que permanecía “demasiado introvertida”, “en shock”, sus palabras eran “muy escuetas”, lo que no se correspondía con la supuesta alegría que debía tener por el nacimiento.
Al preguntar por el padre respondió que era un chico de Fuerteventura, quien al enterarse de que estaba embarazada la había bloqueado en el teléfono y redes sociales.
También les resultó significativo a los policías que el acusado llamara al centro pero en vez de interesarse por cómo estaba o si necesitaba algo les preguntó qué había contado la menor.