Cáritas de Tenerife también avisa de que el futuro se va «complicar». El año pasado se atendió un 23% más que en 2019 por la crisis de la Covid-19 y la emergencia volcánica en La Palma
Cáritas Diocesana de Tenerife ha advertido este jueves del agravamiento de la pobreza en Canarias y ha avisado de que el futuro se va a «complicar» debido a los efectos de la guerra de Ucrania y la subida de los precios.
Así lo ha expuesto en la rueda de prensa de presentación de la memoria correspondiente a 2021 el obispo de Tenerife. Bernardo Álvarez ha comentado que la entidad cada vez es más «necesaria» ante el aumento de las demandas de los ciudadanos.
El año pasado la entidad atendió a un total de 19.832 personas y 5.349 hogares, entre ellos 4.105 menores de edad, lo que supone un 23% más que en 2019 –antes de la pandemia– y un 1% más que en 2020, y con muchas visitas de primera vez.
Cáritas pide poner la mirada en La Palma
Cáritas de Tenerife ha solicitado este jueves a las administraciones públicas que pongan «mirada larga» en La Palma porque la emergencia social derivada de la erupción volcánica de Cumbre Vieja «va a ser de años».
Así lo ha expuesto este jueves a los medios de comunicación el secretario de la entidad, Ricardo Iglesias.
La entidad ha atendido en la isla a 860 familias y 2.400 personas (entre ellas 500 menores) desde que se inició la erupción. Lo han hecho gracias a donaciones por importe de seis millones de euros, con los que, aparte de la atención inmediata, diseña programas para los próximos años.
Ha reconocido que no estaban «acostumbrados» a una emergencia como la de la ‘isla bonita’ en la que «miles de personas, de la noche a la mañana, cayeron en exclusión y la mayoría no ha salido, está siendo un gran reto».
En esa línea, ha comentado que la entidad hizo un proceso de «reflexión interna» porque sabían que tenían que «seguir» en la isla cuando las cámaras de televisión «se fueran» de ahí que tengan un plan de ayuda para los próximos años.
Iglesias ha apuntado que el volcán sacó la «valentía y fe» de la población palmera, entre ellas sus propias voluntarias, al pie de la emergencia pese a haberlo «perdido todo», y ha demostrado también la «incapacidad» del poder público de dar una «respuesta adecuada» a la situación.
Situación económica dramática
En su opinión, hay que reconstruir infraestructuras pero también muchas «vidas» pues hay «heridas físicas y mentales» y mucha «dificultad» para encontrar un «trabajo digno».
No ha ocultado que la situación económica es «dramática» y lastrada por un «grave» problema de vivienda. Han explicado que hay personas que pueden acceder a su casa «pero no podrán vivir» en ella y otras que quieren salir de los hoteles pero «no tienen a dónde ir».
A esto se añade que no se hacen contratos de alquiler de vivienda, por lo que los afectados no pueden pedir ayudas públicas, y «los precios se han disparado», incluso para gente que tiene trabajo. «Es imposible», ha indicado.
Asimismo ha incidido en la «respuesta poco ágil» de las instituciones porque «se quieren hacer muchas cosas pero no se sabe como» y la burocracia le quita «agilidad», al tiempo que hay «proyectos en retirada» por falta de fondos.
En la misma línea se ha expresado el obispo, Bernardo Álvarez, que ha advertido de que «como no se agilice todo esto La Palma va a perder mucha población», poniendo el foco en el cierre de Puerto Naos, «un foco turístico importantísimo» que daba mucho empleo y donde vivían muchas personas.