El Sorteo de Navidad ya está a la vuelta de la esquina y las primeras personas ya hacen cola fuera del Teatro Real
Madrid vive la recta final del Sorteo de la Lotería de Navidad, con los primeros fieles guardando sitio para el sorteo a las puertas del Teatro Real, los vendedores ambulantes intentando esquivar la vigilancia de las autoridades y miles de visitantes con la ilusión de ganar el premio más esperado del año.
Desde la administración 57 de Ópera, el joven Rodrigo Sánchez cuenta a EFE que «las ventas van bastante bien», ya que, como en todos los años, se apura más las dos últimas semanas «cuando la gente de fuera, que no es de Madrid, busca números concretos».
«Vocación, vocación no tengo, pero lo que intentamos es ilusionar e intentar ayudar a la gente lo más posible«, admite Sánchez, quien lleva vendiendo lotería desde hace dos años en la Plaza de Isabel II y espera vender alguno de los grandes premios esta vez.
Los primeros fieles ya hacen cola en el Real
La ilusión también corre por las venas de quienes hacen una peregrinación anual al Teatro Real para vivir, en primera persona, la magia del sorteo y escuchar en vivo el soniquete de los niños de San Ildefonso.
Con el deseado «cuatro milloooooones de eeeeeeeuros» sueña quien ocupa el tercer puesto de la fila, José Luis Gómez Calvo, un madrileño que desde hace cuatro años forma parte del «grupo Quijote», unas 40 a 50 personas que acampan a las puertas del teatro los días previos a la rifa.
«Unos se van a comer, otros vienen… Yo me voy a quedar aquí hasta las siete de la tarde. Luego viene otro compañero, ‘el Papa'», afirma este fiel, quien se aferra al refrán «una vez al año no hace daño» para argumentar que aunque haga frío, siempre lo pasan bien.
No colarse y se recomienda disfraz
En estas guardias las normas son claras: nadie debe colarse y los disfraces son recomendables, de ahí que se llamen entre ellos «el obispo», «el Papa», «el Quijote» y en el caso de Gómez Calvo, «el súper Gordo», pues este atuendo le trae buenos recuerdos de acampadas anteriores.
Desde la plaza de Isabel II, pasando por la concurrida calle del Arenal, se llega la Puerta del Sol, otro punto caliente del sorteo por la venta ambulante.
La policía municipal de la zona recuerda a esta periodista que la venta de décimos fuera de la administración requiere de autorización oficial del organismo de loterías y la normativa prohíbe además las mesas de lotería o caballetes que solían colocarse en esta emblemática plaza.
Por ello se quejan los vendedores ambulantes como Pepe y Chema -nombres ficticios-, quienes deambulan esquivando a las autoridades en las proximidades de la popular administración de Doña Manolita.
«Antes nos dejaban ponernos en la Puerta del Sol con nuestra silla y un cartel, pero el alcalde ya no quiere vendedores. Cada vez nos cogen más los municipales y nos piden 150 euros, por eso este año está flojísimo y el año pasado estuvo bien», afirman.


