La avaricia puede arruinar un momento tan preciado como compartir la buena suerte
A las puertas del Sorteo Extraordinario de Navidad, el ambiente festivo ya se deja sentir en Puerto del Rosario, en Fuerteventura. Este 1 de diciembre, la cola en la administración número 3, conocida como La Cabra Loca, demuestra que las ganas de tentar a la suerte han vuelto con fuerza.
Entre quienes esperan pacientemente hay compradores prudentes, otros que adquieren décimos “a puñados” y muchos que, aunque intentan disimular, acaban reconociendo que lo comparten “con toda la familia” o “con los amigos”.
Avaricia, un mal trago para quiénes comparten
Este gesto generoso de compartir un décimo puede convertirse en un quebradero de cabeza si el premio llega y no existe un acuerdo por escrito. Aunque no es habitual, algunas personas pueden cambiar de parecer y volverse avariciosos en el último momento.
“Uno puede cobrar, decir que es suyo porque estaba en su poder, negar que hayamos pagado entre todos y obligar a que vayamos a un procedimiento judicial”, advierte Rubén Sánchez, secretario general y portavoz de Facua.
Para evitar disputas, los expertos recomiendan dejar constancia previa de la compra compartida. “Algún tipo de documento, un contrato o un correo electrónico donde se confirme quiénes participamos”, señala Sánchez.
De esta manera, nos podemos garantizar que si hay suerte, los 500.000 euros del bote se puedan repartir de la forma más justa y responsable.


