Condenan en Tenerife a una abuela por injurias y calumnias

La Audiencia de Santa Cruz de Tenerife condena a una mujer por injuriar a su nuera en las redes sociales o con carteles con insultos

La Audiencia de Santa Cruz de Tenerife condena al pago de 11.400 euros a una mujer por lanzar calumnias e injurias a su nuera. Los insultos los escribió en las redes redes sociales o con carteles a la madre de sus dos nietas, menores de edad.

Audiencia Provincial Santa Cruz de Tenerife / Archivo RTVC

En estos comentarios dijo que era «alcohólica, drogadicta y tenía abandonadas a las niñas».

El Juzgado de lo Penal primero, y luego la Audiencia, han condenado a la abuela de las menores con dos multas y la indemnización por la mencionada cantidad al creer que era consciente de las acusaciones y falsedades vertidas desde 2016.

La Audiencia califica la sentencia de «moderada» por la «gravedad de las imputaciones y expresiones afrentosas, su reiteración, difusión y demás circunstancias».

En su momento, la condenada pidió a los Juzgados de Arona la retirada de la patria potestad por acusar a su nuera de incumplir con sus obligaciones. Además, de lesiones o malos tratos, hasta el punto de asegurar que una de las menores había perdido «muchos kilos».

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Acusaciones a su nuera

Indicó que la denunciada tenía «importantes problemas» de alcoholemia y dejaba a las niñas solas en casa y se iba a beber.

Añadió que ni ella ni su actual pareja tienen un trabajo estable ni patrimonio, «lo que no se corresponde con su nivel de vida», además de afirmar que ambos son consumidores habituales de sustancias estupefacientes.

Por otro lado, denunció a la pareja de su nuera por supuestamente conducir «habitualmente bajo los efectos del alcohol con las menores dentro».

También añadió que tenía descuidada la limpieza y la alimentación de las nietas.

Denuncias falsas

Las investigaciones concluyeron con rechazar la petición de quitar a la madre la guardia y custodia y se acordó el sobreseimiento de la causa, dado que los hechos no estaban acreditados.

Para ello se recabaron informes de los Servicios Sociales y de forenses que no sólo desacreditaban las afirmaciones vertidas sino que además advertían de que podían ser constitutivas de un delito dada su falsedad.

Pese a ello, la abuela continuó lanzando estas denuncias en varias redes sociales y cerca de los Juzgados de Arona y del colegio de las niñas, donde mostró unos grandes carteles en los que se decía: «No al maltrato infantil. En un país decente no ganan los delincuentes»; o «Urgente, estos abuelos piden ayuda y justicia para sus nietas».

También en redes acusó a su nuera de ser una «maltratadora».

La abuela pedía que se hicieran pruebas para demostrar que la madre era drogadicta y alcohólica y lanzaba falsedades como que una juez reconocía la existencia de violencia, que la pareja estaba todo el día en los bares o que se olvidaba de darle medicinas a las niñas.

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