Las fotos de menores en las redes sociales entraña un peligro y es que nutrimos de contenido a los depredadores sexuales
Cada vez es más frecuente subir contenido de nuestros hijos, sobrinos o nietos a las redes sociales. Lo hacemos para compartir nuestro día a día con familiares que viven lejos o porque es nuestra profesión, pero hay riesgos asociados, incluso en las fotos más inocentes.
Después de un día jugando en el parque o disfrutando en la playa, muchas personas se hacen una foto para el recuerdo y algunas las suben a sus redes sociales, incluso de sus familiares menores de edad. Sin saberlo, nutrimos el contenido de los depredadores sexuales.
No tienen por qué consistir en imágenes sexualizadas. Una foto de un menor haciendo sus actividades normales puede acabar en manos de personas que luego las usan para otros fines.
El problema radica en que puede servir para mercadear con este material, usarlo para conseguir otro material más grave. Aún así, muchas agresiones sexuales a menores son perpetradas por el entorno más íntimo.
Subir este contenido a nuestro entorno cercano puede provocar la fantasía de depredadores en potencia.