La ayuda se destinará a 274 armadores de buques pesqueros de las modalidades de artes menores y atuneros cañeros con puerto base en las islas afectados por la pandemia del covid
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno ha abonado una ayuda directa valorada en 6,1 millones para el sector pesquero. Una ayuda a 274 armadores de buques pesqueros de las modalidades de artes menores y atuneros cañeros. Buques con puerto base en las islas afectados por la pandemia.
Esta transferencia de fondos realizada por Gestión del Medio Rural de Canarias «contribuye a la continuidad de un sector pesquero que ha pasado por momentos complejos como consecuencia de la afección de la crisis sanitaria en el comercio y la restauración«, apunta la Consejería.
Primer pago a 224 solicitantes
En un primer pago se ha procedido a abonar un total de 5,1 millones de euros a 224 solicitantes. El resto de la ayuda, un millón de euros, se hará efectiva cuando se subsanen los expedientes a los que les faltaba completar la documentación.
«Como medida de estímulo para la reactivación de la economía ante la pérdida de rentabilidad por la situación de crisis ocasionada por el covid, la Comisión Europea estableció un Marco Nacional Temporal de ayudas estatales».
«Un marco que permite la compensación de las pérdidas en las que hayan podido incurrir los productores y empresas hasta el 31 de diciembre de 2021», agrega la Consejería.
Asimismo, estos fondos se incluyen dentro del Plan de Reactivación Social y Económica de Canarias (Plan Reactiva Canarias). Ayudas para mitigar los efectos de la pandemia, con un total de 27 millones en 2021 para todo el sector primario.
La consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca, Alicia Vanoostende, ha destacado «el papel esencial» del sector durante los meses más virulentos de la pandemia. Ha señalado que «su esfuerzo como sector estratégico hizo posible mantener el abastecimiento de alimentos durante la crisis sanitaria y el estado de alarma».
Esos esfuerzos, ha añadido Vanoostende, les supusieron «pérdidas importantes que no fueron obstáculo para continuar con su compromiso social con la población”. La responsable regional del área ha manifestado que en la mayoría de las especies comercializadas se produjo una disminución de precios. Además el cierre de restaurantes y hoteles trajo aparejado la caída en la demanda de productos pesqueros frescos.
“En las islas no capitalinas la afección en la comercialización del pescado fresco fue más notoria que en otras». «Fue debido a las dificultades del transporte derivadas de las restricciones, de ahí que la logística fuera más complicada a la hora de llevar el pescado a los centros de venta”, ha dicho.