El informe elaborado por el comité creado tras el apagón del 28 de abril, apunta a múltiples causas sin que las centrales de respaldo lograran dar estabilidad
El apagón peninsular del 28 de abril tuvo un «origen multifactorial», que partió de una oscilación de tensión «anómala», sin que las centrales de respaldo lograran su tarea de dar estabilidad al sistema, según la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen.

Según ha explicado este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Aagesen ha añadido que la causa del cero energético registrado aquel día fue un «fenómeno de sobretensiones» con «una reacción en cadena de desconexiones de generación que provocaron otras nuevas».
Así, ha detallado que hubo varios factores que desembocaron en esa situación, una de ellas, que los grupos de generación cuya conexión había ordenado el día de antes Red Eléctrica para dar más seguridad al sistema no controlaron de forma adecuada la tensión que se generó antes del incidente.
Control dinámico de tensión
En su intervención, en la que ha expuesto las conclusiones del informe elaborado por el comité creado por el Gobierno, Aagesen ha insistido en todo momento en que el apagón se produjo por múltiples factores, ninguno vinculado con algún tipo de ciberataque, y que todo partió de una oscilación «anómala» en una central peninsular.
El comité de análisis se reunió el lunes por última vez antes de presentar este informe -que no es «un informe judicial»- tras 14 reuniones desde que se conformó tras el apagón; mientras que sus dos grupos de trabajo se han reunido en 16 ocasiones el relativo a la operación del sistema eléctrico y el grupo de ciberseguridad ha celebrado 11 encuentros.
«Sí se han identificado vulnerabilidades, carencias o malas configuraciones de medidas de seguridad que sí pueden exponer las redes o los sistemas a potenciales riesgos futuros», ha dicho Aagesen, tras descartar cualquier «evidencia de ciberincidente o ciberataque.
Después del análisis, ha aseverado, se ha constatado que el sistema no disponía de suficiente capacidad de control de tensión dinámica. Por una parte, ha relatado la ministra, ese día, el programa final del operador del sistema, es decir, Red Eléctrica, con grupos con capacidad para controlarla «fue la menor desde que empezó este 2025».
Capacidades de control de tensión
Pero la información también muestra que grupos de generación que «tenían que haber controlado tensión y que muchos estaban retribuidos económicamente para ello, no absorbieron toda la reactiva que se esperaba, en un contexto de elevadas tensiones«.
Por tanto, faltaron capacidades de control de tensión bien «porque no estaban programadas con suficiencia, bien porque las que estaban preparadas no proporcionaban adecuadamente lo que reserva la norma o una combinación de ambas», ha subrayado Aagesen, que ha insistido que no fue porque faltaran, ya que «había parque de generación suficiente».
Concretamente, ha explicado que las restricciones técnicas establecidas por Red Eléctrica el día anterior, en la denominada «fase cero», implicaba que debía haber diez centrales térmicas para el control dinámico de tensión repartidas por el territorio peninsular y que debían estar disponibles a cambio de compensaciones económicas.
«Evidentemente, esas restricciones técnicas se remuneran con la finalidad única de controlar tensión, absorber o generar energía reactiva», ha detallado Aagesen, que explica que una de las centrales previstas se declaró indisponible y dijo que no iba a estar operativa el día 28.
Ante este cambio, Red Eléctrica decidió no sustituir esa instalación, sino que prosiguió con una previsión de recursos de control de tensión para las horas centrales del día inferiores a lo que había calculado el día 27.
Las oscilaciones del sistema
Por otro lado, las dos oscilaciones registradas media hora antes del apagón modificaron el sistema; aunque Aagesen ha apuntado que las oscilaciones son «conocidas» y «relativamente frecuentes», una de las ocurridas antes del apagón no era una de dichas conocidas.
«Las oscilaciones pueden ser peligrosas, ya hay sistemas protocolarizados», ha explicado Aagesen antes de señalar que la ocurrida a las 12:03 era una oscilación «atípica», que vibra más que las habituales y que, con la información disponible, tuvo su origen en la península ibérica, aunque se detecta más allá de nuestras fronteras.
Posteriormente se produjo otra oscilación a las 12:19, «esta sí que es conocida», para la que también se tomaron medidas.
Para amortiguar estas oscilaciones, según ha explicado Aagesen, el operador del sistema tomó medidas que fueron eficaces, pero tuvieron «otros efectos».
En primer lugar, mallar la red, algo que ayuda a amortiguar las oscilaciones pero aumenta la tensión y en segundo lugar, se reduce la exportación en las interconexiones con Francia, lo que supone reducir la generación y por tanto, tiene impacto en la subida de tensión.
Tras estas oscilaciones para controlar la tensión del sistema, según ha apuntado la ministra, lo que hizo el operador fue ordenar conectar una nueva central en la zona sur, pero esta necesitaba hora y media para activarse, lo que habrían sido las 14:00, pero se alcanza antes el cero energético.

Pérdidas de generación
Según ha continuado Aagesen, se llega a las 12:32 con una subida de tensión «rápida, sostenida y lineal» y se producen desconexiones de plantas que comienzan con pequeñas desconexiones, para producirse posteriormente nueve desconexiones de plantas en Granada, Badajoz, Segovia, Huelva, Sevilla y Cáceres.
La información del informe está anonimizada, por lo que no se ha especificado los detalles de estas plantas.
Lo que sí, ha apuntado Aagesen, es que algunas de estas desconexiones fueron aparentemente indebidas, lo que aumentó la tensión en el sistema.
A partir de ese momento, se produjo una reacción en cadena, con la pérdida de generación, la pérdida de sincronismo con Europa, el deslastre de las centrales hidráulicas de bombeo y posteriormente el deslastre de la demanda.
Punto de no retorno
«¿Por qué no pudo contenerse?», se ha preguntado la ministra, que cree que se llega al «punto de no retorno, de reacción en cadena imparable después de iniciar, salvo si hubiera habido capacidad para absorber energía reactiva y controlar masivamente la tensión».
Preguntada por las posibles reclamaciones que puedan darse posteriormente, Aagesen ha reiterado que el apagón «ha sido multifactorial, varias causas nos llevaron al cero», pero que este informe no es «ningún juicio», que su objetivo es identificar las causas y las medidas.
Así, ha señalado que se entra ahora en una «siguiente fase de instrucción, con procedimientos administrativos y judiciales, que serán los que determinarán cómo culmina todo este proceso».