El equipo grancanario derrotó en Italia al Dolomiti Energia Trento y logró conquistar el liderato del Grupo D de la Eurocopa.
El Herbalife Gran Canaria continuó en Europa con su inercia positiva tras ganar en Italia al Dolomiti Energia Trento (56-67), resultado con el que logró conquistar el liderato del Grupo D de la Eurocopa, con 8 victorias y 2 derrotas.
En un encuentro de guarismos bajos, Javier Beirán volvió a emerger tras su retorno a la disciplina amarilla, con 13 puntos, 13 rebotes y 3 asistencias (23 de valoración), liderando a los insulares en el apartado anotador el norteamericano AJ Slauter con 18 puntos y 3 triples.
Los amarillos comenzaron tomando la iniciativa en el marcador con un 2-8 de partida, siendo el lituano Tomas Dimsa el principal artillero de los isleños en el aro local.
Los transalpinos intentaron reducir la ventaja pero fue en vano, ya que un nuevo arreón claretiano, propiciado en esta ocasión por la dupla Shurna-Slaughter puso tierra de por medio (8-20), con Beirán animándose también al recital.
Ya en el segundo cuarto, el Trento cambió el guión dándole protagonismo a la segunda unidad, con Toto Forray y Victor Sanders reivindicándose desde el perímetro junto con la polivalencia de Kelvin Martin, pero era en vano.
Okoye desentumeció la muñeca, entrando con Slaughter en un recital de triples que volvió a provocar un cortocircuito en el equipo italiano.
Tal fue la exhibición de los dos norteamericanos que la hemorragia anotadora se elevó a 16 puntos, cerrándose la primera parte con un más que contundente 30-46 para la expedición dirigida por Porfirio Fisac.
Con un raquítico 37 % en triples y un aún peor 35 % en tiros de dos, el Dolomiti Energia siguió lapidando sus bazas, aunque el Herbalife tampoco sacaba excesiva ventaja de ello, manteniendo una renta de 12 puntos (42-54) al cierre del tercer periodo.
El ‘Granca’ se contagió de los errores del Trento y comenzó a resentirse en sus porcentajes de tiro (41 % en tiros de campo), además de acumular 14 pérdidas de balón.
Con esa panorámica, los pupilos de Nicola Brienza siguieron arañando lentamente la desventaja, intentado bajar de la barrera psicológica de los diez puntos.
Un lanzamiento de Shurna al borde de la pintura evitó ese cambio de tendencia, propiciando un nuevo tiempo muerto de los italianos (49-61) a falta de cinco minutos para el final.
El paréntesis táctico no tuvo el efecto esperado. A los puntos de Williams y Browne en las filas transalpinas les respondían Beirán y Slaughter desde el perímetro, dosificando la diferencia hasta sellar la victoria (56-67) que permite a los amarillos acabar como campeones del Grupo D con ocho victorias en 10 encuentros.
