El Valle de Aridane, en La Palma, amanece este miércoles sin signos observables de actividad volcánica. «Ni lavas, ni piroclastos, ni terremotos reseñables», ha señalado el vulcanólogo Rubén López
El Valle de Aridane, en La Palma, amanece este miércoles sin un solo signo observable de actividad. La erupción que comenzó hace 88 días en Cabeza de Vaca, en Cumbre Vieja, permaneció durante todo el día de ayer martes sin registrar tremor y con terremotos de baja intensidad.
Pasadas 24 horas, la actividad del volcán continúa siendo débil y apenas visible, como señala el vulcanólogo Rubén López, uno de los miembros del Instituto Geográfico Nacional que siguen la emergencia en la isla.
«Buenos días desde un Valle de Aridane profundamente tranquilo. Sin ningún observable eruptivo: ni lavas, ni piroclastos ni terremotos reseñables, lo cual es una excelente noticia», ha escrito López en su cuenta de Twitter.
Más de 24 horas sin tremor volcánico
La señal de tremor, característica de la vibración que produce el magma en el subsuelo al desplazarse hacia la superficie, se detuvo sobre las 21.00 horas del lunes. Anoche, cumplidas 24 horas, seguía desaparecida, según el Instituto Volcanológico de Canarias.
No es la primera vez que se detiene en todo este tiempo. Sin embargo, hasta la fecha todos sus paréntesis habían sido de pocas horas, seguidas de reactivaciones estrombolianas (explosivas) y salida de lava. Nunca hasta la fecha el tremor había estado parado una jornada completa o más, como sucede ahora.
Durante esta madrugada, las redes sísmicas han registrado en La Palma doce terremotos, todos ellos con magnitudes inferiores a 3, añade el Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
En las primeras horas del lunes, antes de que se parara el tremor, el volcán emitió enormes cantidades de dióxido de azufre. Lo hizo en unas condiciones meteorológicas (con la capa de inversión térmica muy baja en la atmósfera) que dificultaban mucho su dispersión.
Se reduce la emisión de dióxido de azufre
En paralelo, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) ha informado que la emisión de dióxido de azufre (SO2) también se ha desplomado a menos de cinco toneladas diarias. Una cantidad «extremadamente baja», teniendo en cuenta que durante semanas ha estado por encima de varios miles de toneladas por jornada, niveles altos o muy altos.
La Dirección Nacional de Seguridad avanza que la actividad volcánica ha disminuido «hasta prácticamente desaparecer, lo que puede ser indicio de agotamiento del proceso eruptivo».
No obstante, los portavoces de los comités director y científico del Pevolca han insistido en pedir prudencia antes de dar por hecho que el volcán se ha detenido. Y es que en estos procesos todo puede ocurrir y los indicadores deben consolidarse para poder descartar un repunte.
Además, varias veces han advertido de que pueden desaparecer el tremor y la emisión de lava y seguir el proceso de desgasificación del volcán. Sucedió así, de hecho, en la anterior erupción registrada en Canarias, la submarina de El Hierro (2011-2012).