Volcán de La Palma

El volcán de La Palma ha expulsado 46,3 millones de m3 de material

El volcán sigue un proceso normal con momentos de «continuidad y discontinuidad»

La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María Jesús Blanco, afirmó que la cantidad de material que ha expulsado el volcán asciende a unos 46,3 millones de m3. Aunque en estos momentos las explosiones han parado, Blanco insistió en que pueden volver a repetirse.

La morfología del cono se ha modificado y podrá volver a hacerlo en el proceso volcánico, según aseguró Blanco, y descartó que pueda producirse lluvia ácida en las próximas 24 horas. El viento, no obstante, podrá llevar las cenizas en las próximas jornadas a las islas de La Gomera y Tenerife.

Respecto al último enjambre sísmico, Blanco ha dicho que se ha registrado en el punto donde el pasado 11 de septiembre se registrasen los primeros movimientos.

Proceso volcánico normal

La colada de lava que emerge de la erupción volcánica de La Palma «es probable» que llegue a la costa, de la que se encuentra a unos 800 o 1.000 metros en línea recta, pero no hay seguridad al respecto, dado que se ha producido una ralentización en la velocidad del material magmático, que bordea la montaña de Todoque.

Así lo ha expuesto el director técnico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, quien aseguró que el proceso volcánico en la isla de La Palma sigue la «normalidad» de un volcán fisural estramboliano, por lo que seguirá mostrando momentos de «continuidad» y «discontinuidad» en las próximas horas.

Morcuende señaló, en relación a la calidad del aire, uno de los temas que más preocupa por las cenizas que ha expulsado el volcán, que «es buena, absolutamente respirable, sin problemas para la salud».

Las coladas han superado la localidad de Todoque y han alcanzado la montaña donde la colada principal se ha dividido en dos, una de ellas se ha encontrado con una pendiente y probablemente trate de moverse hacia el sur, donde se encaminó «el otro dedo de la lava».

Ante la posibilidad que la lava llegue al mar, Morcuende ha dicho que el confinamiento para cuatro núcleos poblacionales de Tazacorte es una medida preventiva, ya que no es seguro que la lava alcance la costa, pero de alcanzarla podría liberarse gases, aunque se «diluyen rápidamente».

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