El cantante de Black Sabbath fue una de las figuras más destacadas del heavy metal
Ozzy Osbourne, el cantante de Black Sabbath, falleció a los 76 años «rodeado de amor», según informó este martes su familia en un comunicado. «Estaba con sus familiares, rodeado de amor. Pedimos que se respete la privacidad de la familia», dijeron sus allegados en la nota.

Hace sólo 17 días, el pasado 5 de julio, el cantante británico actuó por última vez con sus compañeros de banda en su ciudad natal, Birmingham. Fue un homenaje en el que su voz dio vida al himno del género ‘heavy metal’: Paranoid.

Última aparición en público
Al autoproclamado «Príncipe de las Tinieblas» le diagnosticaron con la enfermedad de Parkinson en 2019, una condición que no le impidió seguir dando conciertos y su voz por el bien de la música ‘heavy’.
Osbourne, nacido en Warwickshire, Inglaterra, en 1948, vivió múltiples experiencias cercanas a la muerte. En su fascinante autobiografía Soy Ozzy, relata cómo los médicos solían decirle: “No entendemos cómo sigues con vida”.
El cantante y sus compañeros originales de Black Sabbath (Tony Iommi, Terence ‘Geezer’ Butler y Bill Ward) fueron los últimos en aparecer en el escenario para esa despedida titulada ‘Back to the Beginning’ (Regreso al principio).
Entre las bandas que actuaron estuvieron Anthrax, Metallica y Guns N’Roses, y hubo mensajes de agradecimiento de otras celebridades, como Jack Black, Ricky Gervais y Dolly Parton.
Leyenda del heavy
Como líder de Black Sabbath, que fundó en 1968, Osbourne estuvo a la vanguardia de la escena del ‘heavy metal’, una rama más profunda y oscura del rock duro, de la que se le considera pionero por su voz única y su carisma indescifrable.
Entre sus actuaciones más memorables se incluye la vez que le arrancó la cabeza a un murciélago de un mordisco, y era famoso también por su imagen tenebrosa, con larga melena negra y gafas oscuras.
El cantante, que vivió en Estados Unidos, se hizo muy popular además como protagonista de un ‘reality show’ con su familia, ‘The Osbournes’, en el que documentaron su vida doméstica de 2002 a 2005.
Por su extravagante personalidad, por sus miles de anécdotas, por su renovada popularidad en su reality personal y también por su reinvención en los ochenta, cuando el mundo de la música le daba por muerto, también en el plano artístico, Ozzy Osbourne deja todo un legado a sus espaldas.