Los inhaladores presurizados que se consumen en Canarias emiten tantos gases de efecto invernadero como más de 14.000 coches circulando todo un año
En Canarias se consumen al año aproximadamente cerca de un millón de inhaladores presurizados, en concreto unos 983.693. Estos dispositivos contaminan tanto como 14.285 coches circulando todo un año, según alerta este lunes el Colegio de Médicos de Las Palmas.
Los inhaladores presurizados contienen gases de efecto invernadero y son muy dañinos para la atmósfera por incrementar la temperatura del planeta y potenciar el cambio climático. Se utilizan para el tratamiento de enfermedades respiratorias, fundamentalmente asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
«Es cierto que los medicamentos han contribuido decisivamente a la mejora de la esperanza y al aumento de la calidad de vida. Sin embargo, en ocasiones plantean problemas perjudiciales para el medio ambiente», indica en un comunicado.
Un solo envase contiene tantos gases de efecto invernadero como los emitidos por un coche convencional al recorrer 300 Km. Por ello, explican que es «importante señalar que los gases que contienen son inocuos para el ser humano, pero muy dañinos para la atmósfera, algunos pueden permanecer hasta 36 años dañando la troposfera».
Por su parte, Pedro Cabrera, presidente del Colegio de Médicos de Las Palmas, alerta que «la salud se está viendo muy condicionada con el incremento de la temperatura global. En manos de los médicos está contrarrestar las consecuencias en esta».
Cabrera: «Nos jugamos mucho»
«Las emisiones de gases de efecto invernadero hay que reducirlas drásticamente, de forma casi inmediata. Nos jugamos mucho«, denuncia Cabrera. Solo en este tipo de dispositivo nivel nacional son 378.000 toneladas de CO2 equivalente, unos 13.115 vuelos Madrid-Londres. Si lo extrapolamos al consumo en Canarias, serían más de 24.285 toneladas de CO2 equivalente, aproximadamente unas 614 veces en avión Gran Canaria-Madrid.
El Colegio de Médicos de Las Palmas se muestra así muy preocupado por la salud de las personas y el cambio climático. Como promotor de la Alianza Médica contra el Cambio Climático, está llevando campañas de sensibilización a médicos y pacientes de los efectos que tiene el cambio climático sobre la salud.
«No habrá que sorprenderse si nuestro médico nos prescribe el mismo medicamento en otra presentación, muchísimo menos contaminante, será la tendencia en adelante», adelanta el presidente del Colegio de Médicos de Las Palmas.
Por ello, señalan que es «importante que los pacientes que utilicen los inhaladores presurizados deban ser conscientes que los envases no se pueden tirar a la basura, una vez consumidos o caducados siguen teniendo gases de efecto invernadero, deben ser entregados en la farmacia para su correcto reciclaje».
Seguidamente, señalan que la lucha médica contra el cambio climático debe realizarse con medidas sencillas, a través de medicamentos que carezcan de gases de efecto invernadero, como los inhaladores presurizados.
Por encima de los 6 años de edad, la gran mayoría de los pacientes están capacitados para utilizar inhaladores sin gases propelentes. Por ello, el médico puede sugerirles sustituir el inhalador presurizado por otro sin gases de efecto invernadero. Estos cambios, siempre han de ser pactados con el paciente y en su beneficio.
El deber ético del médico
«El cambio climático es la mayor amenaza contra la salud a la que nos enfrentamos en las próximas décadas», advierte la OMS.
Los sistemas sanitarios son una fuente de contaminación a la que no se le presta la atención debida. Si se considerara un país, sería el quinto productor de CO₂ del mundo. Según indica el comunicado, el sistema sanitario español contamina como 3.500.000 coches circulando durante un año.
Así, declaran que el conocimiento del daño que hace el cambio climático a la salud es un deber ético del médico. «Los médicos, éticamente, no pueden mirar hacia otro lado en la lucha contra el cambio climático, deben y pueden actuar desde el ámbito social y desde el profesional».
Por su parte, la Sociedad Europea de Neumología aconseja luchar contra el cambio climático con tanta intensidad como se lucha contra el tabaco.
La concienciación a los profesionales es el primer paso y a continuación, desde todo el colectivo médico a los pacientes. Los médicos con su consejo pueden crear conciencia social sobre el cambio climático.