La Fundación Yrichen ha puesto en marcha distintos talleres y terapias para educar en el buen uso de estas herramientas
La pandemia ha provocado un importante aumento en el uso de la tecnología. También entre los más jóvenes, que se han visto obligados a pasar horas delante de una pantalla para asistir a clases.
Su abuso puede provocar adicciones, en ocasiones difíciles de detectar. En la Fundación Yrichen, en Gran Canaria, han puesto en marcha distintos talleres y terapias para educar en el buen uso de estas herramientas.
Los técnicos de Yrichen enseñan no solo su uso, sino también cómo darle un marcado carácter social. Aseguran que el uso moderado y consciente ayuda a prevenir las posibles adicciones. En estos meses la pandemia ha provocado un aumento en el uso de la tecnología pero también ha facilitado la detección de problemas.
Junto a las adicciones tecnológicas, Yrichen ha aumentado también la atención a la ludopatía entre los jóvenes. Los expertos recuerdan que las adicciones dejan rastro y ,cuanto antes se detecten, más sencillo será corregir esos comportamientos.