La lentitud e inseguridad al tramitar expedientes, así como los altos costes de materiales y la falta de mano de obra, frenan el sector
Las expectativas del subsector de la construcción en Canarias se están viendo lastradas. Así lo recoge el último Boletín de Coyuntura elaborado por el Servicio de Estudios de la Cámara de Santa Cruz de Tenerife. Entre las causas, el elevado coste de los materiales, la lentitud y la inseguridad en la tramitación de los expedientes, así como las dificultades para encontrar mano de obra.
La construcción mantuvo estable su actividad a lo largo del pasado año. Gracias al mantenimiento de la actividad pública y privada, aunque su potencial crecimiento continúa limitado por múltiples factores de índole externo e interno.
Perspectivas para 2024
Según los datos del último indicador de confianza empresarial, la gran mayoría de las empresas encuestadas esperan mantener la normalidad sobre las expectativas de crecimiento. Aproximadamente el 63%. Sin embargo, en el arranque de 2024 son más las empresas que se muestran pesimistas sobre la evolución de sus negocios en un 20%. Frente a las que son optimistas en un 18%.
Las dificultades para encontrar mano de obra se han convertido en la principal limitación el sector. Durante el último año se registraron 2.283 empleos, un 4% más. Se redujo, así, el número de desempleados en 1.611 personas, respecto al mismo periodo de 2022. Esto supone una caída anual del 9,5%, con cifras totales de afiliados a la Seguridad Social de 58.814. El número de parados registrados en los 15.430.
En esta línea, el presidente de la Cámara, Santiago Sesé, apunta que son las empresas de la construcción las que en mayor medida tienen dificultades para encontrar mano de obra adecuada para cubrir sus demandas (63,5%). Por delante de los transportes y la hostelería (52%) y a mucha distancia de la media de respuestas del conjunto de sectores de actividad (43,6%).
«Si conseguimos mitigar estos hándicap no cabe duda de que el sector de la construcción de las islas tiene mucho más margen de crecimiento durante los próximos años», expone.
En este avance tendrá mucho que ver la actividad del sector público. Durante el pasado año experimentó un incremento anual de las licitaciones de obras del 1,2% debido exclusivamente por las variaciones al alza en el apartado de edificación (27,2%), ya que la obra civil cae un 16,4%.
Una evolución positiva
Los indicadores de la actividad privada reflejan una buena evolución anual. Esto se aprecia en los visados de dirección de obra tramitados durante el año 2023 experimentaron un crecimiento medio en el año del 28,1%.
Un avance que, también a juicio de Sesé, se está viendo limitado por las dificultades administrativas. Los retrasos de aprobación del planeamiento de muchos ayuntamientos, principalmente. Además de por la falta de impulso en la construcción de viviendas, que está generando un desequilibrio entre la oferta y la demanda, tensionando los precios.
El precio de la vivienda protegida aumenta en su promedio anual un 7,2%. 5,6 puntos por encima del 1,6% nacional. Por otro lado, el de la vivienda libre sube un 6,6%, 2,7 puntos más que el nacional (3,9%).
El precio del suelo también registró un aumento, en este caso del 4,8%, en su media anual hasta el tercer trimestre del pasado año. Mientras que a nivel nacional experimenta un retroceso medio para el mismo periodo del -2,8%.