El volcán de La Palma muestra síntomas de agotamiento, aunque los científicos establecen un plazo de diez días para dar por finalizada la erupción
La falta de actividad volcánica desde el lunes por la noche corrobora el agotamiento del volcán de La Palma. Aún así, los científicos han establecido un plazo de diez días sin incidencias para dar por finalizada la erupción.
Estos últimos días hemos asistido a la ausencia de señales eruptivas en cuanto a emisión de lava, sismicidad, tremor y deformación del terreno. A éstas se suman las emisiones de dióxido de azufre en el penacho, que desde el martes registran por primera valores extremadamente bajos.
Los científicos piden precaución y especial cuidado con la presencia de gases
El hecho de que finalice la erupción no quiere decir que haya terminado la emergencia, aseguran desde el Pevolca. El acceso a las zonas cercanas a las coladas y el regreso de los evacuados a sus casas requiere un «periodo de seguridad».
Añaden que los vecinos podrán regresar a sus viviendas «en un futuro más o menos cercano, pero no va a ser en breve».
«Estamos estudiando y monitoreando las variables para que no haya problemas a la hora de volver con seguridad», indican.
Con todo, hacen un llamamiento a las personas que accedan a las zonas evacuadas por razones de limpieza de las casas u otros motivos para que tengan especial cuidado con la presencia de gases. Sobre todo monóxido y dióxido de carbono en lugares como garajes subterráneos, cuevas, sótanos o bodegas.
Es importante no entrar en zonas subterráneas sin estar acompañados de personal del Pevolca con medidores de gases. Se recomienda abrir ventanas y ventilar las edificaciones en superficie antes de acceder a ellas, sobre todo en la zona sur de la emergencia volcánica.
La superficie de las coladas es de 1.198 hectáreas
Las coladas ocupan 1.198 hectáreas, que suben a 1.221 si se incluye el cono volcánico. Los dos deltas lávicos suman 48,02 hectáreas, de ellas 5,05 correspondientes al delta más al norte. La anchura máxima cubierta por coladas es de 3.350 metros.
La temperatura superficial ha bajado, pero se mantiene por encima de 400 grados, lo que significa que aún transcurrirá tiempo hasta que se enfríe el terreno.
Los científicos hablan de que aún queda un remanente de lava circulando por los tubos volcánicos. También, en algún punto concreto por la superficie, si bien se observa en áreas cada vez más alejadas del cono.
«No hay constancia de flujo de lavas desde la base occidental del cono principal a partir de salideros volcánicos. En el delta lávico de la zona de Las Hoyas la colada que discurría sobre lavas anteriores se ha detenido. La actividad fumarólica es puntual y esporádica, concentrándose en la zona de los centros eruptivos».
La señal de tremor, un indicador del movimiento del magma bajo la superficie, ha desaparecido por completo hasta el nivel habitual de «ruido de fondo».
La calidad del aire en las zonas pobladas en cuanto a dióxido de azufre se mantiene buena en todas las estaciones.