Televisión Canaria estrena este viernes, a las 23:00h, ‘Manual de invisibilidad’, un largometraje de Domingo J González que contó con la participación de Televisión Canaria
El viernes 4 de agosto a las 23:00 horas, Televisión Canaria estrena ‘Manual de invisibilidad’ (2021), el primer largometraje del director tinerfeño Domingo J González. El filme, escrito por González y Elena de Vera, reivindica la figura olvidada del pintor tinerfeño Víctor Núñez Izquierdo (1918-1984), exponente de la vanguardia artística que enriqueció el panorama cultural de los años 50. Una producción de Digital 104 que contó con la participación de Televisión Canaria.
Sinopsis: Fue el cuarto Víctor Nuñez de su familia, condenado a repetir vida al frente de un negocio señero, en medio de un ambiente poco dado a la bohemia artística. Pero él quería pintar. Se rodeó de creadores e intelectuales. Participó de la resistencia estética en tiempos de figurativismos represores. Fue protagonista de iniciativas que sacudieron el anquilosado panorama cultural de una época gris, sumida en la espesa bruma de la dictadura. Firmada sus cuadros como “V. Núñez” quizás para separar su mundo artístico del resto de su vida. Creaba, experimentaba, se buscaba en los distintos lenguajes que adoptaban sus cuadros… Nunca se dedicó al arte en exclusiva, pero lo llevó a todas las esquinas de su vida.
La mayoría de sus compañeros de generación y de aventuras artísticas disfrutaron de un reconocimiento tardía. Por entonces él ya había muerto. Hoy nadie lo recuerda. En los libros de arte hasta lo confunden con otros. Sólo su familia mantiene de él una imagen mitificada, repartida en miles de anécdotas, en cajas con todo tipo de recuerdos y en cientos de cuadros que se acumulan en la vieja casa familiar.
Elena (la propia Elena de Vera) tenía sólo tres años cuando él murió. Ahora, treinta y cinco marzos después, acaba de colgar un cuadro suyo en el salón de su casa. Quiere saber por qué su nombre se borró de la historia del arte, quién se esconde detrás de aquellos cuadros y sumergirse en los espacios que habitó y en las toneladas de obras y recuerdos que se amontonan en la vieja casa familiar.
‘Milagros’, de David Baute
Después de ‘Manual de invisibilidad’, continúa la fiesta del cine en la televisión autonómica con la emisión de ‘Milagros’ (2018), un largometraje del cineasta tinerfeño David Baute que se adentra en el día a día de una familia de Garachico, integrada por una madre y sus cuatro hijos. «Cuando uno a uno la cámara los retrata, cada mirada extraviada se convertirá en pregunta. Una mirada que comprende poco a poco lo que pasa: que algo faltó, que algo se puso de más, en cada uno de los hermanos».
Sinopsis: En el comienzo, todo salvo el paisaje —porque el paisaje es aquí protagonista y testigo y escenario— parece ajustarse a la maquinaria de lo cotidiano. Hay vértigo de montañas, carreteras retorcidas, quebradas de lava viva, volcanes redondeados y coquetos —los mismos que dibujaría un niño— y un mar extenso, alejado, separado, cargado de miles de años de luz, refulgente, allá abajo. Y hay una bicicleta que cruza guiada por un hombre descomunal.
Y una carretilla que baja hacia el bancal, un hombre que descarga las piedras. Y un jovencito que se viste, que hace su cama pobre, que barre la acera. Y una muchacha que troncha los tallos para componer un ramo. Y una señora que contempla el tendido, el mar enorme, la piedra de lavar, detrás de un cristal. Y luego está el cementerio: paredes blancas levantas sobre lavas negras. Y la familia que hace su ofrenda al padre muerto. Son Agustín y Carmelo y Vicente y Mar y es su madre Milagros. Y es el mar. Y son las montañas.
Y ellos allí, en su casa alta, en el norte de la Isla. Cuando uno a uno la cámara los retrate, cada mirada extraviada se convertirá en pregunta. Una mirada que comprende poco a poco lo que pasa: que algo faltó, que algo se puso de más, en cada uno de los hermanos. Y así, la vida cotidiana, el continuo fluir del tiempo de comida en comida, las alargadas labores de la tierra, de la espera de la guagua, de las compras, de las visitas a los servicios sociales, se vuelven excepción. Vidas que conviven con la discapacidad y se convierten en ejemplo. Poco a poco las montañas y el mar, la tierra y el aire, nos irán desvelando la historia. Nos conducirán hasta el fuego de la vida común, allí donde casi todo lo que sucede posee la condición del milagro.