El abogado penalista, Juan Betancor, fue agredido el pasado domingo. Un hombre que residía en su finca presuntamente le prendió fuego y lo encerró en un aljibe
La autoridad judicial ordena el ingreso en prisión preventiva, comunicada y sin fianza del presunto autor como supuesto autor de un delito de asesinato, otro de amenazas y dos delitos de detención ilegal
El abogado penalista Juan Betancor, de 72 años, falleció este martes como consecuencia de las heridas sufridas tras ser agredido el pasado domingo por un hombre que residía en su finca, en Santa Brígida (Gran Canaria). Presuntamente le prendió fuego y le encerró en un aljibe, han informado fuentes de la Policía Local.
El abogado primero fue trasladado al Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín, en la capital grancanaria, y posteriormente a un centro de la península, debido a la gravedad de las quemaduras sufridas.
El presunto agresor, detenido el pasado domingo en Santa Brígida por efectivos de la Policía Local, pasó a disposición judicial este miércoles.
Durante la mañana del miércoles, la autoridad judicial al frente del Juzgado de Guardia en Las Palmas de Gran Canaria (Instrucción 8) ordenaba el ingreso en prisión preventiva, comunicada y sin fianza del presunto autor como supuesto autor de un delito de asesinato, otro de amenazas y dos delitos de detención ilegal.
El detenido reconoció los hechos tras su detención
El detenido, de 72 años también y natural de Cabo Verde, al que Betancor recogió en su finca del Gamonal hace unos diez años, reconoció los hechos tras su detención el domingo. Si bien no quiso dar detalles de lo sucedido, han señalado las fuentes de la Policía Local.
Las fuentes han detallado que el presunto agresor había discutido con el letrado hacía días. Fue la Guardia Civil la que alertó a los agentes de la Policía Local para que procedieran a su detención. Ocurrió a unos 500 metros de la vivienda del abogado.
Así mismo, han precisado que la entrada del aljibe donde se encontraba el abogado había sido taponada supuestamente por el presunto agresor. Una persona que se encargaba del mantenimiento de la finca.