Al cumplir los 18 años muchos de estos jóvenes, solamente en Gran Canaria unos 1.000 y otros tantos en los próximos meses, terminan en situación de calle, según informan los obispos de Canarias
Los obispos de las dos diócesis de Canarias han instado este jueves a los gobiernos y administraciones públicas a poner «ya» los medios para retomar las derivaciones de menores o jóvenes migrantes extutelados o en situación de emergencia, a programas de inserción en otras comunidades autónomas.
Además, los obispos de las diócesis de Canarias, José Mazuelos, y de Tenerife, Bernardo Álvarez, dicen que, inspirados por las buenas prácticas de acogida a los desplazados ucranianos, apelan a la solidaridad del conjunto de la iglesia española para establecer corredores de hospitalidad, que deriven en la acogida integral de jóvenes extutelados.
También piden que se continúe ofreciendo, según las posibilidades, una respuesta integral a los menores y jóvenes migrantes mayores de 18 años para responder a los vacíos del sistema de protección e integración, así como promover de forma transversal en la Iglesia la cultura de la hospitalidad.
Los obispos abogan por procesos de inclusión
Los obispos expresan a los responsables de las administraciones su disposición al dialogo, junto con otros actores sociales, con el fin de contribuir a todo lo que favorezca procesos integrales de inclusión de los menores y jóvenes migrantes que se encuentran en territorio español.
Explican que las cáritas y los secretariados de migraciones de las islas les comunican que la presión sobre Canarias con respecto a los menores no acompañados y jóvenes extutelados es cada vez mayor.
En cuanto a los menores inmigrantes no acompañados, MENAS, que son responsabilidad de la comunidad autónoma, la cual los tutela, son 2.235 en total según la Dirección General del Menor.
«Al cumplir los 18 años muchos de estos jóvenes, solamente en Gran Canaria unos 1.000 y otros tantos en los próximos meses, terminan en situación de calle», recuerdan los obispos, quienes añaden que, en muchos casos, «salen sin la madurez, capacitación, ni apoyos suficientes para una vida autónoma y un acceso al mercado laboral».
Sin más plazas de acogida ni posibilidad de abrir más centros o pisos tutelados a corto plazo, la situación en las islas es cada vez «más desesperada», destacan los obispos.
La Iglesia, preocupada por «este gran desafío»
Recuerdan que desde las dos diócesis canarias se favorecen varios recursos para la acogida, el acompañamiento y la inclusión social de jóvenes extutelados o no, que se encuentran en situación o grave riesgo de exclusión social.
El objetivo es ofrecerles oportunidades que contribuyan a superar con éxito los obstáculos, tanto personales como del entorno, para su plena inclusión social y laboral, pero, reconocen que esos recursos «tampoco son suficientes».
La Iglesia en las Islas Canarias constata con preocupación este «gran desafío, agravado por el factor insular y de frontera europea del archipiélago, que puede ser utilizado como cárcel sin muros donde contener a jóvenes migrantes a los que no se les facilita el tránsito a la Península o a otros países de Europa para proseguir su proyecto de vida; sea por su falta de recursos o por las trabas burocráticas a distintos niveles de las administraciones públicas».