El condenado, de 70 años, intentó asesinar su expareja, de 68, durante un baile en Guamasa en La Laguna, Tenerife
La Audiencia de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a once años de cárcel a un hombre por intentar asesinar a su expareja, de 68 años, a quien acuchilló en el cuello durante un baile en Guamasa, Tenerife, el 1 de julio de 2023. La mujer sobrevivió al ataque.
Además de la pena de cárcel, el procesado, de 70 años, quien permanece desde entonces en prisión provisional, ha sido condenado al pago de 10.580 euros.
En la sentencia se recoge el agravante de género y el atenuante parcial de haber depositado antes del juicio 6.500 euros para hacer frente a la indemnización.
La defensa pedía la libre absolución o subsidiariamente que se estaba frente a un delito agravado de lesiones. Y solicitaba que se tuviera en cuenta su cliente que habría actuado bajo los efectos del alcohol, por lo que estaba obcecado.
La Sala, basándose en el informe de un perito, concluye que no existe la más mínima prueba objetiva para acreditar que el consumo de alcohol o un posible trastorno anuló de forma parcial o completa su capacidad para conocer la ilicitud del hecho y resalta en el fallo la “absoluta” falta de credibilidad de su relato.
Condenado previamente por delito de violencia de género en el ámbito familiar
Este hombre había sido condenado previamente por el delito de violencia de género en el ámbito familiar del que fue víctima otra mujer.
En este caso, aceptó ser el responsable de acuchillar por la espalda a su expareja utilizando un puñal táctico militar de 15 centímetros. El arma es considerada “plenamente idónea” para llevar a cabo este ataque. Y fue clavada en el lado derecho del cuello de la mujer, por lo que su vida corrió riesgo de no haber sido atendida con rapidez.
La pareja había roto cinco meses antes por decisión de la mujer, aunque según el acusado fue de mutuo acuerdo. Pero a partir de entonces el hombre la llamaba continuamente y rondaba su casa para intentar volver a retomar la relación. A lo que ella se negaba en rotundo.
La insistencia llegó al punto de que el 14 de febrero, día de los enamorados, la mujer presentó una denuncia por acoso en la comisaría que no tuvo efecto alguno.
Él, por su parte, aseguró que había rehecho su vida con otra pareja que aquella tarde no le pudo acompañar porque trabajaba. Que la denuncia por acoso se debió a un malentendido y que no tenía interés en retomar la relación.
Durante el baile relató que en un momento dado intentó saludarla pero ella se negó. Le dijo: “¡déjame tranquila!”. Por lo que al volver al centro de mayores donde se celebraba el baile agarró a la mujer por la espalda, viró su cabeza hacia la izquierda y le clavó el cuchillo en el lado derecho, provocando una importante hemorragia.
Alegó alcoholismo
Su abogado pidió que se tomara en cuenta que el procesado es alcohólico desde temprana edad. Que ha llegado a sufrir cirrosis, y además toma pastillas para los nervios y la depresión.
La víctima declaró que su expareja nunca llegó a asimilar la ruptura. Y continuamente la llamaba desde distintos números de teléfono y daba la impresión de que la perseguía. Aquella tarde estaba hablando con más amigos cuando el acusado se acercó y le dijo que si podían hablar afuera o si quería bailar, a lo que ella se negó. Entonces fue cuando le dijo: “Ahora vas a saber lo que es un hombre”.
Luego la atacó por la espalda sin que se pudiera defender. Y de forma inmediata fue trasladada al Hospital de La Candelaria donde estuvo internada durante una semana y fue sometida a una operación.
Ni ella ni el hombre que estaba a su lado creen que el acusado estuviera borrach. Sino que en todo caso parecía “muy furioso y violento”.