El plan antitabaco prevé más sanciones y elevar el precio del tabaco como medidas para reducir su consumo. Además introduce las nuevas formas de consumo de nicotina
El Ministerio de Sanidad presenta este jueves a las comunidades su plan antitabaco en el que propone prohibir fumar y vapear en «determinados espacios comunitarios y sociales al aire libre» y en otros privados en presencia de menores, así como aumentar su precio.
Sanidad desgranará el «Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2024-2027», que aspira a reducir la prevalencia y evitar la introducción en el hábito tabáquico, especialmente de los jóvenes.
22 objetivos en el Plan Antitabaco
Compuesto de 5 metas y 22 objetivos, recuerda que gran parte de las medidas deberán materializarse en una reforma de la actual ley antitabaco que «el Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo en la presente legislatura».
El documento recupera en buena parte el plan que quedó redactado en 2021 pero que no llegó a ver la luz. Propone aumentar los espacios en los que no se pueda fumar ni vapear, aunque sin detallar cuáles, algo que se hará en esa futura reforma de la ley antitabaco prometida.
Así, aboga por extender la prohibición en «determinados ambientes comunitarios y sociales al aire libre y en ciertos espacios del ámbito privado, especialmente aquellos con presencia de menores».
Nuevas formas de consumo de nicotina
También considera fundamental ser conscientes de las nuevas formas de consumo de nicotina a través de cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado, que quiere equiparar al convencional regulando «la venta y consumo tanto de los dispositivos que utilicen líquidos, cartuchos o recambios con nicotina como los que no.
Junto a cigarrillos electrónicos y vapeadores, pipas de agua, shishas o cachimbas, cuyo uso se produce fundamentalmente en entornos de ocio. «Se trata de una realidad que es necesario regular al tratarse de una fuente de consumo ocasional y puerta de entrada a un consumo más regular y a la adicción en etapas sucesivas y que presenta riesgos añadidos al del consumo de tabaco», zanja.
Otro de sus planteamientos es el de revisar la cuantía de las sanciones e incrementar los tipos impositivos del tabaco para aumentar así su precio y promover la creación de una nueva figura impositiva que establezca un gravamen específico para los cigarrillos electrónicos con nicotina.
Además, introduce el empaquetado genérico y la prohibición de aditivos que confieren aromas en tabaco y productos relacionados, algo que ya puso en marcha recientemente el Ministerio de Sanidad.
No olvida tampoco el impacto medioambiental del tabaco y sus derivados, por lo que plantea una colaboración con los ayuntamientos para impulsar el desarrollo de ordenanzas municipales de prohibición de arrojar colillas en vías públicas y espacios naturales.
A las colillas se suman los residuos que generan los dispositivos electrónicos por sus componentes eléctricos, que «no están exentos de riesgos potenciales para la salud pública» y que deberían ser considerados también contaminantes derivados de la adicción a la nicotina.
Fomentar el abandono del hábito de fumar
Sanidad tiene como meta también fomentar el abandono del hábito, y para ello sugiere incluir en la cartera de servicios común del Sistema Nacional de Salud la intervención en tabaquismo en el ámbito hospitalario y modificar los criterios de acceso a los fármacos financiados, ya que actualmente sufraga un solo un intento anual a los consumidores de al menos 10 cigarrillos diarios que hayan probado a dejarlo en el último año.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha confiado este jueves en que haya un consenso sobre el plan antitabaco que hoy presentará a las comunidades en la Comisión de Salud Pública.
«Espero que salga un consenso para ser un país libre de humo y que la siguiente sea una generación libre de humo», ha resaltado la ministra a los medios antes de comparecer en el Senado para explicar las líneas generales de su departamento.