Los agentes de la Guardia Civil estudian la embarcación después de que varias unidades de salvamento lograran rescatar el cuerpo de la víctima y remolcar el velero hasta puerto
El velero que permaneció a la deriva a 70 kilómetros al noreste de Gran Canaria estuvo envuelto en una fuerte marejada, con olas de 2 metros, y vientos de hasta fuerza 6, además de un problema en su aparejo.
Pese a las malas condiciones meteorológicas, según los primeros datos, uno de los dos ocupantes trató de solventarlo encaramándose a más de 5 metros de altura. Como consecuencia de la tragedia, el tripulante falleció, supuestamente, tras sufrir un fuerte traumatismo. Sin embargo, la investigación continúa abierta por parte de la Guardia Civil.
Este martes, los agentes recababan pruebas en la embarcación atracada en el muelle deportivo en Las Palmas de Gran Canaria.
Por su parte, el cuerpo de la víctima, un súbdito francés de unos 60 años, quedó enrollado entre los cabos del mástil, y su rescate supuso toda una dificultad para las autoridades implicadas en el salvamento.
La mala mal propició la movilización de varias unidades de salvamento marítimo, como un helicóptero Helimer 20, el salvamar Nunki, el guardamar Polimnia, el remolcador Miguel de Cervantes y miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil. Una vez lograron retirar a la víctima de entre los cabos, se procedió a remolcar la embarcación a puerto.
De este modo, mientras se le practica la autopsia a la víctima en el Instituto de Medicina Legal de Las Palmas, el estado de salud del otro ocupante del Poppy mejora en el Hospital General de Gran Canaria Doctor Negrín.