‘Sabores isleños’ cocina este viernes con vistas al Teide

El programa recorre este viernes la cara norte de Tenerife para explorar recetas, tradiciones e historias ancestrales que conservan viva la memoria gastronómica de la isla

Este viernes, a las 22:30 horas, el programa Sabores isleños continúa su viaje a través de la memoria gastronómica de las Islas. En esta duodécima entrega, el espacio presentado por Jéssica Déniz recala de nuevo en Tenerife, para terminar de dibujar el mapa de sabores de la isla más grande de Canarias y la más poblada de la Macaronesia.

Después de recorrer la cara sur y este en anteriores episodios, el programa se dirige ahora al noroeste, bajo la atenta mirada del Teide, vigía imponente que se eleva en el centro de esta isla de contrastes, paisajes e historias ancestrales.

Cucharadas de tradición milenaria

Ana Hernández, autora del libro ‘Recetas canarias del siglo XIX’, hará de guía y anfitriona en la primera etapa de la ruta por los sabores de Tenerife, una mescolanza de gustos y tradiciones llegadas de Europa y América, principalmente. En la tradicional receta de lentejas con castañas se refleja ese influjo tricontinental que caracteriza la cocina isleña. Habitual en Tenerife, esta forma de preparar las lentejas procede, al menos, de la época romana, como atestigua el ‘Apicius’, el libro de cocina más antiguo de Occidente.

Ana nos abrirá las puertas de su casa, en Guía de Isora, para preparar, paso a paso, esta arcaica receta, guardiana del sabor y la memoria del pasado.

Desde allí, el programa atraviesa la cara noroeste hasta llegar a La Matanza de Acentejo, histórico municipio que debe su nombre a la batalla que tuvo lugar en mayo de 1494, donde las fuerzas guanches derrotaron a las fuerzas castellanas. De la mano de los matanceros Manolo y Rosita, el equipo del programa repondrá fuerzas con unas garbanzas compuestas de carne de cochino, panceta, chorizo, ajito, tomate y mucho cariño.

De mar y de montaña

De La Matanza a Garachico, villa y puerto desde finales del siglo XV, cuando fue fundada por el banquero genovés Cristóbal de Ponte. Lugar de paso entre Europa, América y África, Garachico fue punto neurálgico del comercio; primero del azúcar, y después, del vino. La salida de sus vinos hacia cortes europeas fue la salvación del municipio tras la caída del «oro dulce».

En Garachico, uno de los pueblos más bonitos de España, Chari Lemus conserva la receta de compuesto de pulpo que aprendió de su madre y su abuela siendo niña. Un plato que honra la tradición marinera de su pueblo y sus gentes.

La «Muy Noble y Leal Villa» de La Orotava, ciudad señorial que antes fuera reino de Taoro, vio nacer muchas de las recetas populares de Tenerife. Al amparo del cultivo de azúcar, las familias pudientes conservaban recetarios que tejieron, de boca en boca, la cartografía gastronómica de la isla.

Allí, en el valle, Cecilia Farráis cultiva viñas en cordón trenzado, una técnica única en el mundo que ella aprendió de sus antepasados, dedicados como ella al cultivo de la vid. En la misma finca que trabajaron sus abuelos, fundó junto a su marido, Agustín García, «Bodegas Tajinaste», en 1994. Desde entonces, ha continuado con el legado de sus antepasados en uno de los vinos más representativos de la Denominación de Origen tinerfeña.

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