‘Sabores isleños’ despide la temporada con un festín de esencia palmera

La última entrega de la temporada recorre este viernes la gastronomía única del municipio de Fuencaliente

Este viernes 20 de junio, a las 22:30 horas, culmina la primera temporada de ‘Sabores isleños‘, el programa presentado por Jéssica Déniz que, a lo largo de 13 episodios, ha recorrido las ocho islas del Archipiélago tejiendo una ruta gastronómica que celebra la diversidad y riqueza de la identidad canaria.

En este episodio final, el programa regresa a La Palma, isla que ya protagonizó una de las primeras entregas con un recorrido por su costa norte. Ahora, para completar el mapa culinario de la isla bonita, ‘Sabores isleños’ se adentra en el sur volcánico, en el municipio de Fuencaliente, donde la mar, el picón y la memoria se entrelazan para ofrecer una experiencia de sabores en perfecta armonía.

El caldero de Fuencaliente

El caldero de Fuencaliente es una receta única en Canarias, profundamente arraigada a la identidad palmera. Más que una receta, es una celebración colectiva, en la que familias y vecinos bajaban a la marea a compartir anécdotas y buenos momentos junto al caldero de morralla.

En la orilla, las caballas y las viejas se limpian sobre las piedras, al ritmo de la marea. Mientras sobre un mantel de callaos y arena, las papas se raspan con esmero y se cuecen en agua salada. Cuando les faltan apenas diez minutos, se añade el pescado: viejas, caballas o morenas. Aunque la tradición marca que cada familia prepara el suyo, a la hora de comer, los límites desaparecen. “En cuanto se juntan los calderos ya no hay propietarios”.

Luis Miguel y Rubén Medina serán quienes guíen a los espectadores en este viaje hacia la memoria viva del pueblo fuencalentero.

Malvasía de fama internacional

La historia del vino palmero se remonta a 1505, cuando los conquistadores trajeron las primeras vides. En menos de un siglo, el malvasía palmero se hizo popular en las cortes europeas por ser un vino que “alegra los sentidos y perfuma la sangre”, como dejó escrito el genio de la literatura inglesa, William Shakespeare.

Hoy, Fuencaliente alberga cinco bodegas, vestigios vivos de aquel comercio floreciente que duró hasta 1848. El cultivo de la vid convive con la pesca tradicional, la salinera y el turismo rural, configurando una economía tan diversa como su geografía volcánica.

El arte ancestral de «morenear»

En los charcos y rocas que salpican la costa sur de la isla, Andrés Antonio conserva el arte ancestral de «morenear». Una técnica que ya practicaban los aborígenes, que consiste en pescar en los fondos rocosos, con marea baja, este pez astuto y feroz que se oculta entre las rocas. Mientras entona el tradicional canto para el «moreneo» —»Oh morenita oh, que venga la grande, la chica no«—, Andrés recuerda cómo aprendió de su padre este ritual que ahora él enseña a sus nietos.

Mojo picón para la borrallera

Para acompañar el último menú de la temporada no puede faltar el aderezo canario por antonomasia, que tiene en La Palma su versión más picante.

De la mano de Ciela y Mili, dos guardianas de la cocina tradicional, el programa mostrará a los espectadores la receta del tradicional mojo palmero con pimienta picona, sal de las salinas de Fuencaliente, comino, pimiento dulce, ajos, pimienta remojada y vinagre macho, elaborado con vinos añejos de más de 25 años. Un aliño con historia y carácter para acompañar la borrallera.

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