Las dos playas del norte de Lanzarote están cerradas al baño por el vertido en el mar proveniente del atunero que este miércoles se incendió en la costa de Órzola
El Ayuntamiento de Haría, en Lanzarote, ha cerrado al baño las playas de El Charco de la Condesa y Caletón Blanco por riesgo de contaminación por el vertido viene del barco atunero encallado este miércoles en la costa de Órzola, que comenzó a arder y del que se escapaba combustible.
Por ahora, el Ministerio de Transportes ha decidido mantener, al menos 24 horas más, la emergencia por contaminación marítima, pero solo por precaución, ya que el impacto del gasóleo derramado «es mínimo».
La Capitanía Marítima de Las Palmas, la Delegación del Gobierno y el Ejecutivo canario han analizado este jueves los últimos datos disponibles sobre el derrame ocasionado por el naufragio: apenas se aprecia vertido en el mar, solo irisaciones, y el combustible que ha llegado a la costa es escaso y está prácticamente confinado en un tramo de unos 600 metros de costa, dentro de una ensenada.
Mientras tanto, efectivos del Consorcio de Emergencias de Lanzarote siguen recogiendo en los tramos de costa más cercanos al punto del naufragio restos de gasóleo con paños empapadores.
Las playas estarán cerradas hasta nuevo aviso, a la espera de que se dé por apto el baño tras analizar el agua. Se tiene que garantizar por parte de las autoridades sanitarias tanto la salubridad de la zona como la total seguridad para la salud del contacto con el agua.
Además, el consistorio trabaja para retirar el barco de la zona, de modo que no siga vertiendo combustible y otros residuos. Piden colaboración ciudadana para no acercarse a las zonas afectadas.
Activada la alerta
El capitán marítimo de Las Palmas, Ignacio Gallego, ha explicado a EFE que, por precaución, seguirá vigente el nivel 1 de emergencia del Plan Marítimo Nacional al menos hasta el viernes por la mañana. Ahí, se volverá a valorar la situación y, si todo progresa como hasta ahora, probablemente se decida desescalar el nivel de alerta.
El pesquero accidentado es un atunero marroquí de madera, de unos 16 metros de eslora. Fue utilizado como barco patera para llegar a Canarias por los cinco hombres que iban a bordo, uno de ellos menor.
Encalló sobre las 5.00 horas de la madrugada, en una baja de fondos rocosos que ya provocó daños en su casco. Poco después, sobre las 9.00 horas, se declaró un incendio en las bodegas que agravó mucho los desperfectos, hasta provocar que el casco se partiera en dos.
Robado como patera
La Capitanía Marítima está pendiente de localizar en Marruecos a su armador y de confirmar si, como sospecha, se trata de un barco sustraído. Lo que sí tiene claro es que ya «es irrecuperable».
Por ello, trabaja en coordinación con las demás administraciones en un plan para retirar de la costa sus restos. Sobre todo los más pesados, como los motores.
Sus cinco ocupantes, todos de nacionalidad marroquí, siguen en la Comisaría de la Policía Nacional de Arrecif. Allí fueron trasladados tras recibir una primera asistencia en el Hospital Doctor Molina Orosa por lesiones leves.
Los cinco lograron bajar a tierra casi ilesos con ayuda de los bomberos de Lanzarote antes de que el barco se incendiara. A sus rescatadores, les confesaron que llevaban cinco días sin comer.


