Investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han descubierto un nuevo dato sobre la materia oscura
La existencia de materia oscura es uno de los problemas que más incógnitas plantea a la comunidad científica. Desentrañar su naturaleza se ha convertido en uno de los objetivos primordiales de la Física moderna. En términos simples, no sabemos de qué está hecha a pesar de representar el 85% de toda la materia en el Universo.
Un estudio liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) asegura que la materia oscura no es como describe el paradigma dominante. En ese paradigma las partículas de materia oscura solo se relacionan entre sí y con la materia ordinaria a través de la gravedad.
El estudio del IAC determina que la materia oscura siente también otras fuerzas. Aunque estas solo modifican su comportamiento ligeramente, proporcionan una nueva clave para entender su naturaleza.
El estudio, realizado con datos del telescopio espacial Hubble, ha sido publicado por la revista Astrophysical Journal Letters. Además, está firmado por los investigadores del IAC y de la Universidad de La Laguna (ULL) Jorge Sánchez Almeida e Ignacio Trujillo. También colaboró el investigador de la Universidad argentina del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, Ángel Plastino.
Materia oscura o invisible
La comunidad científica sabe, desde hace décadas, que más del 85 % de la materia del Universo no emite ningún tipo de radiación. Por ello, se le denomina materia oscura. Aunque algunos investigadores sugieren que sería apropiado llamarla materia ‘invisible’.
¿Cómo estudiar algo que no emite radiación?
La respuesta está en observar el movimiento de la materia ordinaria (las estrellas y el gas) bajo su efecto. Así, los astrónomos han podido determinar que se necesita materia oscura en grandes cantidades y que influye sobre el resto de ella, conocida fundamentalmente a través de la fuerza de la gravedad.
Por este motivo, en las últimas cuatro décadas, la hipótesis fundamental ha sido suponer que la materia oscura está compuesta por partículas con masa. Pero ninguna otra propiedad, sin interacción entre ellas ni con el resto de esta conocida más allá de la fuerza de gravedad.
Este modelo se conoce como materia oscura fría sin colisiones y explica bien su efecto sobre la formación de estructuras en el Universo.
El estudio del IAC desecha la idea de que esta solo interacciona a través de gravedad y se realizó analizando con una técnica nueva: la distribución de luz observada en unas galaxias muy poco masivas (con solo unas pocas miles de estrellas).
Galaxias poco masivas
El estudio de las propiedades de las galaxias poco masivas, tanto su estructura como su número, ha generado en los últimos años una atención de la comunidad científica. Porque el modelo de la materia oscura fría sin colisiones no parece encajar completamente para este tipo de galaxias.
Hasta el momento, ninguno de estos trabajos previos ha podido, de manera concluyente, rechazar el modelo simple de materia oscura. Los efectos de la propia materia ordinaria sobre las propiedades de las galaxias son importantes y compiten con el efecto de la materia oscura.
Sin embargo, el estudio del IAC da un paso más allá. Los investigadores del IAC se han centrado en un tipo de galaxias muy particular donde los efectos de la materia ordinaria no juegan ningún papel en perfilar la forma de las galaxias.
Estos objetos, de masa ultra-baja, con un millón de veces menos estrellas que nuestra Vía Láctea, son han sido laboratorios ideales para explorar la naturaleza de la materia oscura.
“Usando una técnica novedosa basada solo en la distribución de estrellas, hemos podido rechazar el modelo de materia oscura fría sin colisiones con una alta significación estadística”, explica Jorge Sánchez Almeida.
El investigador añade que “este trabajo supone una base observacional muy sólida de la que partir para explorar modelos más complejos y vuelve a reivindicar la Astrofísica como ciencia de vanguardia para comprender las propiedades íntimas de la materia que compone la mayor parte del Universo”.
El estudio ha determinado que la materia oscura parece interactuar de una forma que va más allá de lo que supone el modelo cosmológico actual. Sus partículas solo interaccionan entre sí a través de gravedad. Pero si estuviera hecha de partículas, éstas chocarían entre sí como bolas de billar. En el modelo aceptado, de materia oscura sin colisiones, una atravesaría a la otra sin enterarse.
Para llegar a esta conclusión, descubrieron que la distribución de las estrellas en estas galaxias enanas ultradébiles, en vez de acumularse hacia un centro, se mantiene constante. Si esto ocurre, es porque ‘algo’ ha interactuado con ellas para cambiar su rumbo y ese algo es la materia oscura. Al contrario de lo que se creía hasta ahora, es responsable por sí misma de la forma del halo de estas galaxias.
“Uno de los aspectos más fascinantes de este estudio es que todas las galaxias estudiadas tienen una distribución de estrellas idéntica. Parecería que las galaxias han olvidado su propia historia. Esto sólo puede entenderse bien si la materia oscura ha borrado el pasado de estas galaxias, indicándonos que su naturaleza intima es mucho más compleja de lo que creíamos” comenta Ignacio Trujillo.