El equipo de arqueólogos de la necrópolis de la calle Los Azogues de Santander ha reconstruido el rostro de una mujer que vivió en el siglo XII. Sus restos fueron hallados en los niveles más profundos del enterramiento medieval que fue descubierto el año pasado
Estaba catalogada como el individuo 52 pero a partir de ahora tiene nombre: Illana. Para saber como era se ha contado con la ayuda de uno de los especialistas más reconocidos en reconstrucciones faciales del mundo, el diseñador brasileño Cícero Moraes.
Los resultados de este proyecto han sido presentados este jueves por los arqueólogos Lino Mantencón y Javier Marcos Martínez, junto a la alcaldesa de Santander, Gema Igual y el obispo de la diócesis, Manuel Sánchez Monge. Al final de la rueda de prensa se descubrió la imagen del rostro de una mujer joven enmarcado por una toca a la moda de la Edad Media.
Según ha explicado Lino Mantecón, la tumba de Illana estaba muy cerca de los muelles y es la mejor conservada de toda la necrópolis. Su cráneo sorprendió a sus descubridores porque conserva una dentadura perfecta, completa y sin una sola caries, en una época en la que abundaban los dientes picados.
Pertenecía a la clase alta
Los estudios de la forense Silvia Carnicero concluyeron que el cráneo pertenecía a una mujer adulta joven, de 20 a 30 años. Los datos recabados en el propio yacimiento apuntan a que pertenecía a la clase alta de la sociedad santanderina.
El cráneo fue reproducido con técnicas de escaneado láser de última generación. A partir de esa reproducción ha trabajado Moraes para recrear las facciones de esta joven del siglo XII. Ha analizado el grosor de su piel y la forma de sus músculos faciales.
Otras características que se han añadido al rostro de Illana, según los arqueólogos, son «más subjetivas», como el color de sus ojos, la forma de sus cejas o la longitud de sus pestañas. Aseguran que la aproximación es «bastante precisa».
¿Por qué la han llamado Illana?
El siguiente paso fue vestirla como en la época, sabiendo que era una mujer que pertenecía a la clase privilegiada. El equipo ha estudiado esculturas y capiteles, donde las figuras femeninas aparecen adornadas con tocados y ataviadas con ropas talares. Además ha consultado bibliografía especializada en la vestimenta medieval.
Los arqueólogos se han aventurado a ponerle el nombre ficticio de Illana tras rastrear en el archivo catedralicio.
Allí han encontrado a Illana Garçía de Puente, que vivió en el siglo XIV. Su nombre aparece en un documento de 1302 sobre la venta de una casa contigua al cementerio.
«Esta Illana, que traducido al castellano actual sería Juliana, vio con sus propios ojos el cementerio que nosotros estamos excavando en la actualidad», ha dicho Lino Mantecón. Ha explicado que esa ha sido la razón para darle el nombre de una santanderina del siglo XIV a otra santanderina del siglo XII cuyos restos aparecieron en esa misma necrópolis.